Empieza a existir en una parte importante del electorado del Partido Popular una profunda preocupación, y así se está recogiendo por diferentes comentaristas, por la indefinición sobre la postura a tomar, ante los grandes retos que tiene pendientes España.
De momento, nadie conoce su programa en materia fiscal, sobre el control de la deuda pública, la disminución del gasto público, la postura ante la situación del sector primario, que sigue en caída libre, ley de memoria histórica, reforma en materia de justicia, para garantizar la independencia del poder judicial y de una Fiscalía General independiente del Gobierno.
En definitiva, nadie conoce el programa de un partido, cuyos máximos dirigentes da la sensación, de no querer comprometerse con las reforma que España necesita.
El acercamiento a Junts en los últimos tiempos, que puede ser entendible en el Congreso, es una muestra de la falta de ideología de una cúpula cada vez más cuestionada y que sin duda, puede desembocar en una crisis interna en un momento muy grave de la historia de España.
Estos dirigentes que “pululan” por Génova 13, parecen no ser conscientes del grave momento que vive nuestro país y de la urgente necesidad de tener un andamiaje ideológico para hacer frente a está situación.
El tiempo se les está acabando.