UNA IZQUIERDA NERVIOSA Y SIN IDEAS

Un responsable político con corazón y dignidad, busca siempre el bien común y beneficiar a la sociedad en su conjunto.

Sin embargo, como estamos viendo en España últimamente, no parece que sea siempre así, ni mucho menos.

Lo que ha pretendido el Gobierno de Pedro Sánchez, con el intento de convalidación del llamado decreto ómnibus, es un “chantaje” político en toda regla, al tratar de incluir aspectos de claro consenso, como la subida de las pensiones, o la ayudas a los afectados por la catástrofe en Valencia, con otras realmente muy negativas como la donación de un palacete al PNV, la prorroga del decreto de los okupas y medidas para indirectamente censurar las redes sociales.

La soberbia, está llegando a límites insoportables, al negarse el Gobierno a aprobar los decretos de forma individual y tener la desvergüenza además, de culpar a la oposición de no querer subir las pensiones o no querer aprobar la ayudas para los afectados por las inundaciones del Levante.

Pretender culpar a la oposición de no aprobar un decreto “infumable”, cuando les están reclamando que presente los decretos de forma individualizada, es un acto incalificable, que demuestra que en el fondo el Gobierno, está dispuesto a utilizar la pensión de los jubilados y las ayudas a los afectados por las inundaciones, para aprobar cualquier cosa que le plazca, negando el derecho a la oposición de exponer y defender sus ideas y olvidándose de que un Gobierno en minoría, si no puede aprobar sus leyes, debe de dimitir.

Lo que el Gobierno, está haciendo es una perversión democrática de gran calado, y que demuestra que su objetivo es controlar todo, sin respetar la democracia, utilizando para ello el engaño y la desinformación.

Mención aparte, merecen los dirigentes de lo sindicatos UGT y CCOO, digo los dirigentes y no sus bases, al querer convocar una manifestación de protesta contra el PP y JUNTS, por no aprobar la subida de las pensiones, cuando lo que están exigiendo es aprobarlo inmediatamente de forma individualizada.

Unos sindicatos, desaparecidos ante la subida de la vida, ante los problemas de la sociedad para llegar a fin de mes y aparecen de forma súbita para defender al Gobierno, que tan bien les subvenciona, con sus ayudas.

Estamos viviendo una realidad virtual, por parte de una izquierda nerviosa, sin ideas y por lo que se ve dispuesta a dividir y crispar, espero que la sensatez de la mayoría, les deje en ridículo y el sentido común impere.