El hasta ahora presidente del Foro Davos; Klaus Schwab, uno de los máximos exponentes de la llamada políticas globalistas, ha abandonado todo sus cargos en el Foro, y se encuentra sometido a una investigación, después de haber sido acusado, de haber utilizado presuntamente fondos del Foro, para asuntos personales.
Entre las graves acusaciones, está la de solicitar a los empleados más jóvenes del Foro sacar miles de dólares de cajeros automáticos a cuenta de la institución para diferentes gastos, entre ellos, presuntamente el de pagar masajes a asistentes en hoteles.
También, se acusa a su esposa, empleada del Foro, de programar supuestamente reuniones ficticias para realizar viajes y vacaciones de lujo.
El Foro de Davos, se ha convertido en los últimos años en una especie de feria de vanidades, un escaparate ficticio de egos y de propuestas distópicas, tanto en materia de libertades, como en otros campos, como el de la alimentación o el clima.
El famoso dicho: “No tendrás nada y serás feliz”, es una muestra de las “locuras” de este tipo de personajes sin escrúpulo, que en los últimos años, han intentado el control de la población y su forma de vida.
Lo que ha representado hasta ahora el Foro de Davos, forma parte del problema y no de la solución.
La feria de vanidades, escaparate de personajes que bloqueaban cada mes de febrero, con sus jets privados los aeropuertos cercanos a la localidad suiza, mientras a través de toda su potencia mediática, nos trataban de culpar de la contaminación, de nuestra forma de vida, de nuestra alimentación, de nuestra forma de ser y sentir, puede haber quedado herida de muerte, al menos y ello no es poco, en su ya mínima credibilidad.
Sin duda, una buena noticia para la gente de bien que aspira a tener un derecho tan fundamental y tan básico como el de ser libre.