Pedir de forma selectiva el respeto a los derechos humanos y la propia dignidad de las personas, es algo muy clásico de la actual izquierda, que llena de cinismo, dice defender los derechos humanos en unos lugares, cosa que está bien por supuesto, pero calla de manera vergonzosa en otros países, incluso en situaciones dramáticas.
Nuestros dirigentes políticos, parece no querer ver el drama alimentario actual en Cuba.
El cuarenta y siete por ciento del territorio, casi de forma permanente se encuentra sin energía eléctrica, falta de un alimento tan básico con es el pan, debido a que el país, casi no tiene reservas de trigo y los ciudadanos como recoge el Diario de Cuba, están empezando a suprimir una de las tres comidas diarias.
Para colmo de males, el turismo, principal fuente de ingresos está en franco retroceso, con hoteles semi vacíos, el turismo de ciudadanos canadienses, uno de los más importantes está abandonando la Isla.
A medida que la situación económica y social se deteriora aún más, el régimen se muestra más nervioso y trata de controlar todo tipo de protestas, persiguiendo cualquier disidencia con encarcelamientos.
El paraíso socialista. no merece una mención de Pedro Sánchez, pidiendo que se respeten los derechos humanos y que se de libertad al pueblo, claro, la izquierda casi siempre actúa de la misma manera: ve la paja en ojo ajeno y no quiere ver la viga en el propio.
En realidad una «performance» habitual para mantener una ideología vieja e incapaz de ofrecer una sociedad mejor y más libre.