Quiero desde el sentimiento más profundo y el recuerdo imborrable, escribir unas líneas de homenaje al futbolista Marcel Sabou, «El tigre de Timisoara», como cariñosamente yo le llamaba con todo el cariño, en la retransmisiones de los encuentros que disputaba el Racing y que en aquella época tuve la gran suerte de comentar por los diferentes estadios de España.
Marcel Sabou, no sólo era una gran futbolista en el terreno de juego, sino que era una gran persona, cariñoso, amable, optimista; a pesar de lo que tuvo que padecer desde muy joven por parte del régimen comunista de Ceacescu, lo que motivo que en 1.989, aprovechando la presencia de la selección rumana en Madrid, tomará junto con su compañero Gica, lateral derecho, escaparse sin documentación del hotel donde se alojaban y presentarse en una Comisaria de Policía para pedir asilo político.
A pesar de la gran solidaridad recibida por parte de la Federación Madrileña y diferentes equipos de la capital, los primeros meses de Marcel Sabou fueron difíciles, sólo sin los suyos, porque su familia se había quedado en Rumania y tardo bastante en poder venir a España.
Marcel Sabou, con el que tuve siempre una gran amistad, era de esas personas que rezumaba bondad, además de ser un magnifico centrocampista, un autentico pulmón.
Afincado en Gijón, Marcel ha fallecido víctima de esa terrible enfermedad como es el ELA, una enfermedad, que por cierto es ignorada por el Gobierno y no lleva a efecto lo aprobado por unanimidad en el Congreso de los Diputados, es decir la atención integral de estas personas.
Descanse en paz, una gran persona, un gran deportista, un hombre de bien.