UNA OPORTUNIDAD PÉRDIDA DE ESTAR CALLADO

Muy de mañana y con el rostro que aparentaba no haber descansado bien, el señor Pedro Sánchez, compareció ante los medios de comunicación para anunciar una serie de medidas contra Israel.

El conflicto palestino-israelí lleva muchas décadas enquistado y hasta ahora han fracasado desgraciadamente, todos los intentos internacionales de buscar un solución negociada y lo más justa posible.

No se puede castigar al pueblo israelí, con medidas que perjudican seriamente nuestras relaciones y que no aportan nada a la solución del grave conflicto,  porque el primer Ministro de Israel, Netanyahu, este actuando de forma totalitaria, desproporcionada y que debiera de ser sometida a un proceso judicial internacional.

Si se siguiera el mismo rasero, habría que suspender toda relación con Irán, China, Cuba, Corea del Norte, Nicaragua y otros muchos más países del Golfo Pérsico, donde los derechos humanos no se respetan durante décadas y décadas.

España, hubiera podido aportar mucho más a la solución del doloroso conflicto, manteniendo la interlocución con las partes y no exacerbando con medidas absurdas y radicales aún más el ánimo de los dirigentes israelíes.

Buscar la paz, como está haciendo el Santo Padre el Papa León, significa poder hablar con las partes y recibir incluso como acaba de hacerlo al Presidente de Israel, pidiéndole que se paren inmediatamente todas acciones bélicas.

Sánchez, en vez de buscar el acuerdo, parece tratar de echar más gasolina al fuego, sin duda, para distraer a la opinión pública española de los problemas que padece debido a los diferentes casos de corrupción en investigación y próximos juicios y querer satisfacer a sus socios radicales.

Como siempre, Sánchez es inoportuno, y al mismo tiempo que anunciaba estas medidas contra Israel, se producía un atentado  terrorista con seis victimas, un ciudadano español, entre ellas y varios heridos, que gran oportunidad ha perdido para callarse y trabajar por la paz, sin romper vínculos y la poca credibilidad que le queda.

Sánchez, está en otra cosa, está en despistar a la opinión pública y para ello parece estar dispuesto a casi todo.

En definitiva: Netanyahu no es el pueblo de Israel y para acabar con conflictos tan complicados como este, se necesita mucha paciencia y una labor de orfebrería diplomática. 

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