Un parte cada vez más radical de la izquierda, ante la falta de ideas y soluciones a los problemas reales de las personas, se está dedicando en todo el mundo a desestabilizar.
Han perdido la mayoría y la razón y actúan a la desesperada, tratando de romper la convivencia.
La radicalización de una parte de la izquierda, es consecuencia del fracaso de sus ideas. Los jóvenes y mundo del trabajo les han dado la espalda, por sus incoherencia y sobre todo, por sus mentiras que tapan su falta de programas creíbles y que abrazan ideologías tóxicas, en vez de políticas integradores que mejoren la vida de las personas.
Por ello, se dedican a llamar la atención, a insultar y tratar de romper el sosiego y la tolerancia.
Las manifestaciones, que hemos visto estos días, boicoteando la Vuelta Ciclista a España, no han sido espontáneas, han sido presuntamente preparadas y financiadas por alguna organización extranjera o nacional; de lo contrario, si las manifestaciones fueran espontaneas, se hubieran producido de diferente manera y hubieran respetado al resto de las personas.
El conflicto de Palestina, que lleva casi un siglo, no se arregla con manifestaciones que quitan los derechos de millones de personas que querían poder disfrutar de su deporte favorito, los conflictos, no se arreglan con escenas de violencia por parte de algunas extremista de izquierda, sino con diálogo y utilizando mecanismo políticos.
Las manifestaciones, son lícitas siempre que respeten al derecho de otras personas y además cumplan con la autorización pertinente.
Los que queremos que se respete la paz, los derechos humanos y acaben las guerras, lo pedimos en todos los casos.
Padecemos vulneración permanente y sanguinaria de derechos humanos por parte de China, con la minoría Uigur, China les persigue de forma sanguinaria y contraria a los derechos humanos y no vemos que estos personajes se manifiesten ni digan nada.
Padecemos las matanzas en el sur de África de Boko Haram, grupo terrorista de carácter islámico que tiene miles de muertos a sus espaldas. Tenemos a nuestro pueblo hermano de Cuba, perseguido, sin luz y alimentos y estos señores no dicen y no hacen nada, por ello, no tienen credibilidad alguna.
En Palestina se vulneran los derechos humanos y ello no puede soslayarse, pero las actitudes cínicas de unos pocos, sin credibilidad alguna, sólo pretenden utilizar el dolor de tantas personas en Palestina, para otros fines inconfesables, porque si lo hicieran de corazón, desgraciadamente, sobran causas en el mundo para protestar cívicamente.