Hay momentos en la vida de un profesional, que se debe de dar como se dice vulgarmente “el callo”, sin olvidar defender las causas que cree en conciencia y que son justas, aunque pueda estar equivocado.
El cierre de los interiores de los establecimientos de hostelería decretado para esta noche en Cantabria, es un cierre encubierto una “tomadura de pelo” y un insulto al sentido común.
Lo que esta pasando en casi todas las Comunidades, menos en Madrid, cerrando establecimientos sin ton ni son; un atentado a la lógica dado que la misma administración reconoce que los supuestos contagios no se producen en los establecimientos de hostelería.
Se matan moscas a cañonazos, hundiendo todo un sector, vital para este país y para esta región.
Yo a nivel personal con todo respeto pregunto a nuestros dirigentes, si han leído Martín Kulldorff brillante epidemiólogo de Harvard, dice textualmente: Protejamos a los vulnerables en vez de cerrar todo”.
Tampoco nuestros dirigentes han leído al Biofísico y Premio Nobel de Química 2013, Michael Levitt , que ha dicho, textualmente-“ Los confinamientos son medidas ruinosas que no salvan vidas.
Todos debemos de ser muy prudentes con esta pandemia, pero hay otras formulas, otras maneras como se demuestra en Madrid.
La falta absoluta de empatía con los diferentes sectores, de gran parte de nuestros dirigentes políticos, incapaces de dar soluciones imaginativas es realmente preocupante.
La vida, si la vida, de muchos empresarios también se pone en riesgo, con estas decisiones. Problema psíquicos, desesperanza y para demasiados la miseria forjada por un pandemia, muy mal gestionada.
Más les debiera preocupar, porque en España el número de fallecidos es mayor proporcionalmente a la mayoría de los países europeos, en algunos casos se triplica por 100.000 habitantes
De ello si se deben preocupar, buscar los motivos y que está fallando en nuestro sistema sanitario ó de ello también son culpables los ciudadanos o los hosteleros.
En cualquier caso, mi máxima solidaridad con el sector hostelero y empresarial y no perdamos la esperanza, lo superaremos a pesar de nuestros políticos.
Cuídense y protéjanse y busquen el refugio de la fe que nos conforta.