El Tribunal Constitucional es una institución básica de nuestra democracia.
Sin embargo, el pueblo llano no entiende las demoras, el tiempo, en algunos casos años, que se toma para dictar sus sentencias.
Una justicia lenta puede llegar a ser una injusticia y causar un daño irreparable, a las personas que recurren en busca de un refugio que vele por sus derechos.
En estos momentos, en pleno ataque del Gobierno contra nuestras libertades y derechos, debiera estar el alto Tribunal muy atento y ser rápido en la toma de decisiones .
Me pregunto que ritmo de trabajo tienen los señores Magistrados del Tribunal Constitucional, igual los ciudadanos normales no lo entendemos y trabajan mucho y son otras cuestiones las que causan la lentitud en la toma de decisiones, en forma de sentencias.
Desde el máximo respeto a los señores Magistrados, debieran de ser conscientes de su responsabilidad en el mantenimiento de las libertades y derechos de los españoles y ser diligentes a la hora de impartir justicia.
Corren malos tiempos para las libertades individuales, por ello muchos, tenemos nuestra esperanza puesta en la justicia, una justicia que defienda a los más débiles, en este caso a los ciudadanos.