El mal existe, el mal, utiliza al ser humano y al engaño para introducirse en la sociedad.
El mal, es decir la envidia, la soberbia, la lujuria y otros pecados utiliza a las persona a las ideas y crea lo que se puede llamar el pecado estructural.
Por ejemplo: alegrarse del cierre de un restaurante de los mejores de España y conocido a nivel internacional como Zalacaín que ha dejado en la calle, nada menos que a cincuenta familias es una prueba de maldad, de envidia.
La señora Gloria Elizo, Vicepresidenta tercera del Congreso de los diputados, ha escrito un twitter en el que muestra su alegría por el cierre de tan extraordinario “templo” gastronómico, porque dice que allí se negociaban muchos acuerdos políticos en épocas pasadas.
Estamos rodeados de una clase política deprimente, la entrada de los señores de Podemos en el Gobierno por capricho del señor Sánchez es uno de los actos más dañinos que se han producido en nuestro sistema democrático en los últimos años.
Políticos y políticas sin preparación alguna, llenos de ideas totalitarias, envidiosos y sin empatía hacia el bien, incapaces de sembrar ideas de concordia y unidad.
Claro que el mal existe y esta muy presente en esta sociedad.