¿DICTADURA DISFRAZADA?

Lo que esta pasando en España y por consiguiente en Cantabria es de una gravedad tan grande, que si la sociedad no reacciona, podemos vernos condenados a una “dictadura” disfrazada.

La pandemia, no se soluciona sólo con confinamientos generales, con pérdida e libertades, con soluciones que de momento no tienen una explicación científica, impuestas sin explicar.

Partiendo de la base lógica de que todos debemos de hacer un esfuerzo personal, para reducir contactos, mantener distancias sociales y todo tipo de medidas tales como evitar multitudes y lugares cerrados sin ventilación suficiente; todo lo demás es un “sobreactuación que no sabemos a que intereses obedece.

Claro que este virus es “traidor” y tiene a muchas personas en las UVIS, sólo un desaprensivo lo negaría; sin embargo, hay otro virus tan grave el de los enfermos sin atender, la de los que no tienen para pagar el alquiler o se ven en la cola de Cáritas o de su Parroquia, puedo dar fe que hay casos que “hielan” el alma.

Un Gobierno serio, si ordena cerrar un local y una actividad debe indemnizar por ello como se ha hecho en Alemania y en Francia, pero en España no se hace y no se hace, porque durante años hemos tenido un déficit púbico desbocado, porque tenemos un “gasto corriente” insoportable; en definitiva, por una mala gestión.

Ahora, salen nuestros máximos dirigentes de Cantabria diciendo que el toque de queda es la diez de la noche, es una “tomadura de pelo”, un insulto al sentido común, un despropósito; ya que no hay nadie en la calle a la diez de la noche en nuestras ciudades.

Nos están quitando hasta el sentido común, con miedo y más miedo que esta causando un daño irreparable en muchas personas.

En definitiva se quiere echar la culpa a la población de los fracasos y errores de una clase dirigente que esta demasiado acostumbrada a vivir en la mentira.

Otras formulas otras maneras debieran al menos intentarse, antes que sea demasiado tarde.