La respuesta de la Ministra de Educación señora Celaá al diputado del PP señor Matarí , en un reciente Pleno del Congreso, padre de un hijo con síndrome de Dawn, en la que este destacaba la importancia de una educación especial adecuada a estos alumnos, es una muestra de la “miseria” que genera la política cuando se hace sectaria.
La respuesta, tratando de ridiculizar al diputado Popular en el sentido que estaba fuera de la realidad actual, es la muestra de que esta señora no tiene respeto a nada.
Ya en su etapa en el Gobierno del País Vasco demostró su prepotencia y su arrogancia aparte de ser una persona sin dotes para gestionar cargos de responsabilidad, precisamente, por sus formas e intolerancia.
Pero el problema está en el señor Sánchez, que tiene el Consejo de Ministros más ineficaz y más incapaz de toda la democracia.
Desde estas páginas mi más sincera solidaridad con el diputado señor Matarí, que tuvo que soportar como una Ministra del Gobierno de España, es incapaz de dirigirse con respeto y tener un mínimo de empatía con un diputado que estaba dando una opinión fundada en su experiencia personal, lo que debiera ser suficiente para comprender y responder con templanza y nunca con soberbia.
Humanamente la señora Celaá ha quedado retratada.