Parece que se quiere demoler en gran parte de Europa, el estado derecho desde dentro de las propias instituciones, en un acto muy grave para las democracias.
Esta demolición del estado de derecho, se hace de forma muy clara poniendo a los ciudadanos ante disyuntivas falsas: derechos o salud.
Es obvio que ambos son compatibles y lo han sido hasta ahora en el mundo libre, pero casi todos los estados europeos con algunas excepciones, han entrado en un “bucle” perverso de mentiras y engaños sobre la necesidad de vulnerar derechos para acabar con la pandemia, los resultados son desastrosos, pero es casi de ciencia ficción como la población en su inmensa mayoría, es incapaz de analizar con frialdad que estamos en un proceso de tapar una mentira con otra, así están las autoridades en su inmensa mayoría, desde el inicio de este proceso “macabro”.
Poca ciencia y mucha privación de derechos, una absoluta falta de debate científico ante la sociedad, cercenando cualquier opinión que se considere distinta.
Es un proceso casi de carácter criminal. Es “criminal”, cortar el acceso a las redes de científicos y profesionales que disienten en aspectos claves de lo ocurrido con esta pandemia, es “criminal!, presionar a la población a vacunarse y por otro lado no querer hacerse responsables de la propia vacuna ante los ciudadanos.
Si esto se cuenta hace tres años, casi nadie lo hubiera creído, por lo que sólo un intento de aprovechar la pandemia para condicionar el futuro de millones de personas es la causa de tanta preocupación por cercenar derechos fundamentales, y tratar así desde los propios estados, vulnerar con falsos pretextos las leyes que nos hemos dado.
Se está anestesiando a la sociedad para hacer algo similar a una “voladura” controlada de la propia libertad individual con medias verdades y mentiras.
Es lo más grave que ha ocurrido desde la segunda guerra mundial.