La Ley de Memoria Democrática, que acaba de entrar en el Congreso de los Diputados, es una ley contraria a derecho porque coarta la libertad de expresión y asociación, además de innecesaria.
El abrazo de las dos España en la Constitución Española, transcurridos más de cuarenta años, es más que suficiente para demostrar que la reconciliación se produjo ya hace tiempo.
Si quedan restos mortales de desaparecidos, se puede hacer una ley para que aquellas familias afectadas, al menos, tengan la oportunidad de contar con los restos mortales de su familiar en los casos que ello sea posible.
Lo que sin embargo, se pretende con la Ley de Memoria Democrática, es todo lo contrario a la reconciliación, es la división, levantar polémica, entretener, además de manipular la historia.
Sólo desde la ignorancia, el resquemor y las ganas de dividir, se puede redactar un Proyecto de Ley que es inconstitucional en varias cuestiones.
La Constitución Española, ampara la libertad de opinión y de expresión y nadie tiene derecho a coartar que se cuente la historia desde el punto de vista que se crea más exacto, sin censura alguna.
Por otro lado, una Ley que no recoge los “estragos” comunistas, queda por si mismo invalidada.
Sin exagerar, el mero hecho de redactar un Proyecto de Ley tan desastroso, deja perfectamente retratado a las personas que lo han presentado.