El intento de buscar la “colonización” a través de los libros de texto por parte del Gobierno del señor Sánchez, es una ataque más a la libertad de pensamiento y a la pluralidad política.
En el fondo este Gobierno y de otros, de lo que hasta ahora era llamado “mundo libre”, están en el establecimiento de un relato, que impida desarrollar a los individuos el intelecto con libertad, marcando lo que se llama políticamente y socialmente correcto, en realidad, es una especie de pensamiento único, para tratar de dominar a la sociedad.
Una sociedad, sin criterios firmes, sin sentido del bien y del mal, sin conocimiento de la verdad; es una sociedad desarmada y muy fácil de dirigir.
Por otro lado, al perder fácilmente los valores de la fe, se hace una sociedad entregada a sustitutos mundanos de la lógica búsqueda de Dios, convirtiendo al ser humano, en una persona sin entrañas y sin piedad.
El proceso de “embrutecimiento” de la sociedad parece imparable, un embrutecimiento, que hace perder la compasión con los más débiles: los niños y los mayores.
Por un lado, ha bajado el índice de natalidad, bien es verdad que también hay otras causas de tipo económico y de futuro, y por otro, se abandona a los mayores a una soledad en demasiados casos apartada de su núcleo familiar, lo que se convierte en algo cruel.
En definitiva, es urgente, vital, que los representantes políticos tomen conciencia que es necesario recuperar los valores fundamentales del ser humano, como el amor al prójimo, la familia y la búsqueda de la verdad y del bien huyendo de la mentira que todo lo está invadiendo.
No sirve sólo gestionar bien, sino defender ideas nobles y buenas.