La falta de valores morales y éticos asola el mundo occidental, llevándonos a una crisis forzada además por la incapacidad de gestión de una parte importante de la clase política, sometida a intereses desconocidos.
Pongamos algunos ejemplos.: Los escándalos del Primer Ministro del Reino Unido Boris Johnson, que le han obligado a dimitir, debido a sus fiestas y mentiras en plena pandemia.
Las fiestas con cierto escándalos inapropiados en una dirigentes político, como ha sido el caso de la Jefa de Gobierno de Finlandia.
El “show” de Macrón en la Costa Azul con su moto acuática en la zona más cara de Europa y días después pide a sus ciudadanos sacrificios de todo tipo.
El Rey de Marruecos, y sus fotografías en una situación de aparente embriaguez.
Las vacaciones a “todo tren” en medio de una crisis del señor Sánchez.
Y así podríamos seguir con ejemplos de unos dirigentes mundiales que en algunos casos dan vergüenza ajena.
Dejo fuera al Presidente Biden y el ordenador de su hijo que “huele que apesta”.
Estamos dirigidos por personajes sin ética y sin moral y por supuesto sin respeto a los ciudadanos, salvo algunas excepciones.
La cosas no puede ir bien cuando los dirigentes del “cotarro” no piensan en su ciudadanos y actúan más como emperadores romanos, de la época decadente de aquel imperio.
Debemos de consolarnos con la esperanza de unos tiempos mejores y aplicarnos la frase de San Agustín: ”Decís vosotros que los tiempos son malos.
Sed vosotros mejores, y los tiempos serán mejores; vosotros sois el tiempo”.