Locura, idiotez, actitud con tintes criminales; lo pueden calificar como quieran.
Resulta, que el Gobierno de Nueva Zelanda, quiere llevar a cabo un proyecto, para cobrar a los ganaderos por los eructos de las vacas y las ovejas. Si, como leen, no les estoy “tomando el pelo”.
Dice el Gobierno de Nueva Zelanda, que los ganaderos, podrían compensar su perdidas con la venta de productos ecológicos más caros.
Por supuesto, que la mayor parte de la población, esta “alucinada” con tal propuesta y por supuesto en pié de guerra los ganaderos.
Me pregunto yo, si es que esos dirigentes están locos, son malvados, sufren alucinaciones o necesitan un tratamiento de choque en su neuronas.
Parece imposible, pero es posible, porque se quiere crear una sociedad de “tontos” con perdón, de mansos, incapaces de pensar y a los que les debe dar igual la verdad o la mentira.
Personalmente, creo que es un intento de enloquecer a la sociedad, hacerla perder el sentido común, todo un experimento social que hay que parar de forma fulminante y sin dudar, antes de que se destruya la sociedad.
En Europa, todavía no llegamos al nivel de estupidez humana de Nueva Zelanda, pero camino de ello vamos. Ahora, nos dan normas para ahorrar, energía, algunas absurdas, como si por nuestro propio interés no lo hiciéramos.
Es curioso, los dirigentes europeos, primero crean el problema y luego nos dan soluciones infantiles, siempre para perjudicar, todo se parece con perdón al camarote de los hermanos Marx.
Que pare el mundo, que me bajo.