La conclusión de la Ley de Amnistía, presentada por el Grupo Socialista en el Congreso, tiene una lectura: Si se es independentista catalán, se puede ser corrupto, violar leyes y tratar de romper el Estado.
Es decir, el cuento de que todo se hace por una mejor convivencia, es una tomadura de pelo más de un Gobierno, que no quiere abandonar el poder y está dispuesto a poner la nación en venta por siete votos.
Las personas que han preparado el proyecto presentado en el Parlamento, debieran de dar cuenta en los Tribunales, en el fondo, es una presunta prevaricación de libro, conseguir siete votos, perdonando gravísimos delitos, bajo el supuesto de que es un bien para la nación, por otro lado la condonación de 15.000 millones de euros de deuda a Cataluña es otra muestra del pago en especie por seguir en el poder.
En realidad, se maltrata al buen ciudadano, que cumple con las leyes y paga sus impuestos para que esto señores los gasten de manera vergonzosa, y por otro lado se encumbra a los corruptos y a los que rompen la concordia y la ley, para ello, se miente de forma continua y se lleva a una gran parte de la sociedad al desasosiego, al miedo al futuro y a la frustración.
El Gobierno de Sánchez, pretenderá en su nueva etapa que olvidemos todo, para ello contará con su “regada” y desvergonzada “troupe” mediática, pero no podemos parar, ni un solo día ni una hora, es necesario protestar continuamente desde la legalidad si por supuesto, pero con firmeza.
Todo lo que pretende Sánchez y sus colaboradores desvergonzados, es ocupar el poder para perpetuarse en el mismo, llevando a la nación a su ruptura, crispación y desesperación, todo lo que se haga para impedir tanta falta de respeto a la verdad y al bien será poco, será una tarea larga y llena de dificultades y crispación.