Se hace necesario, vital, cerrar la actual forma de hacer política, que tenemos en España.
Hacer política tratando de dividir, hacer de la política un medio de vida, hacer de la política un experimento procedente de intereses exteriores, acabará siendo un drama para este país.
La falta de control democrático real, que ya viene de lejos, la falta de democracia interna en los partidos, el papel realizado por demasiados medios de comunicación y por supuesto la falta de verdad, al utilizar la mentira como medio para conquistar el poder, nos está llevando a una situación muy peligrosa para el propio sistema y por supuesto, para lo más fundamental: una convivencia armónica.
Es necesario una reforma de gran calado, tanto institucional, como de los propios partidos para que sean instrumentos al servicio del bien común, y no de personas que parasitan en demasiados casos en los mismos y los utilizan como medio de prosperar socialmente incluso económicamente.
La mentira, ha sido el ariete más desestabilizador del sistema, porque ha calado en una parte de la sociedad y no nos llevará a ningún sitio bueno, sino al contrario.
Por si fuera poco, los partidos nacionalistas o independentistas, tienen como único objetivo, sus propios intereses, lo que parasita y “envenena” un cambio tan necesario como el de una autentica regeneración democrática.
Sólo desde la búsqueda sincera del bien común, se puede salir de la situación y visto lo visto, parece que cada vez hay menos personas en los partidos políticos para liderar una regeneración ética y moral transversal.