“YO SIGO”

Después de cinco días de tener a España secuestrada de incertidumbre, el Presidente de España, Pedro Sánchez, dijo como decía aquel cómico de televisión de los setenta y ochenta, Joe Rigoli: “Yo sigo”.

El señor Sánchez, una vez más, ha “tomado el pelo” los españoles y lo que es mucho peor les ha vuelto a engañar, lo que no debiera de ser tolerado por la sociedad.

Se ha hecho la víctima de una supuesta persecución galáctica, de lo que llama “fachosfera”, queriendo hacer creer que hay unas fuerzas del mal, que le persiguen y no le dejan desarrollar bien su trabajo.

Todo es fruto de un aparente infantilismo o inmadurez, de una persona sobrepasada por sus incoherencias, sus mentiras, su afán de poder y su engreimiento y también de su propio fracaso como gestor, porque como las estadística dicen; los españoles somos hoy más pobres, tenemos menor capacidad de compra, los servicios públicos cada vez funcionan peor, nuestra deuda pública es de un billón quinientos setenta y cinco mil millones de euros, lo que supone una deuda real por habitante de más de treinta dos millones de euros.

Con un ajuste a realizar este año, según la UE de 12.000 millones de euros en materia de pensiones, con el Banco Central Europeo disminuyendo la compra de deuda pública a partir de junio, sin Presupuestos Generales del Estado para este año, y con un descenso de la exportaciones de España, entre otras cosas; además de todo los asuntos judiciales que pueden afectar a su esposa y a su partido.

El señor Sánchez, es una persona sitiada, sin credibilidad y con poco margen de salida, en permanente huida hacia delante, en realidad desde su primer día huye de su falta de respeto a los ciudadanos.

Por si fuera poco, sus aliados políticos tantos nacionales como internacionales, son de preocupar, por lo tanto Sánchez, acabará antes o después su carrera política y lo hará de mala forma y dejando mal recuerdo y peor herencia: la división de los españoles.

Afortunadamente se confundirá, porque a pesar de las mentiras, de querer dividirnos en bandos, los españoles de casi todas las ideologías, se están dando cuenta de tales despropósitos y no consentirán ninguna división entre nosotros.