Siete a cuatro, no es el resultado de un buen partido de futbol, sino como quedan las votaciones en los temas que afectan al Gobierno, en el Tribunal Constitucional.
Es muy curioso, como los siete Magistrados del TC que lideran la mayoría, funcionan al unísono y no parece preocuparles la sensación que se transmite de parcialidad.
Desde el momento, que se nombró para este Tribunal a un ex Ministro del Gobierno de Sánchez, a una ex alto cargo del Palacio de la Moncloa y a un ex Fiscal General del Gobierno de Rodríguez Zapatero, la verdad es que la sensación de imparcialidad quedaba entredicho, pero en modo alguno, se podía pensar que un TC fuera capaz de corregir al Tribunal Supremo, que en su día ya ratificaba decisiones de otros Tribunales.
Lo que está ocurriendo en España, desde el punto de vista democrático, es de máxima gravedad y ante la situación la oposición no puede negociar nada con este Gobierno, como parece que hace, para ocupar los cargos de Gobernador y Subgobernador del Banco de España, ni para otra institución, porque por mucho que se quiera ocultar, en España vivimos una situación política excepcional y como tal hay que actuar, dentro por supuesto de la ley y en defensa de unos ciudadanos indefensos.
“A grandes males, grandes remedios”, por lo tanto, o se actúa, o nuestra democracia se “desangra”.