El señor Sánchez, llegó al poder a través de una moción de censura para regenerar la vida política.
Unos años después, se encuentra rodeado de supuestos casos de corrupción, que están siendo investigados y que dan la sensación de llegar hasta lo más alto de la cúpula política de su formación.
Las declaraciones recogidas hoy, por el digital THE OBJECTIVE, de una de los socios de Aldama, son de tal gravedad, por afectar directamente al Partido Socialista, que debieran tener una rápida aclaración o de lo contrario se debieran de pedir dimisiones de todo tipo.
La sensación de impunidad de como han actuado estos personajes en las cercanías del poder, debieran repugnar a cualquier persona de bien y si no se dan las explicaciones pertinentes y convincentes, el propio Gobierno, queda totalmente inutilizado , para pedir a los españoles cualquier esfuerzo fiscal u de otro tipo.
La gran paradoja de todo ello, está en la soberbia que se destila por parte de un poder en “horas bajas”, olvidando su única obligación, como es el servicio ejemplar a los ciudadanos.
En realidad, parece hacerse realidad el viejo refrán: “Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga”.