La vida política en España, en altas instancias se ha convertido en un lodazal, en una ciénaga.
Cabría preguntarse, los motivos de fondo para que se produzca tal degeneración de la vida política, llena de casos de corrupción a la vista de todos, sin que la sociedad en su conjunto reaccione.
Una sociedad, que en demasiados casos , ha perdido valores fundamentales, como la familia, la honradez, la vergüenza por la cosas mal hechas, el respeto; en definitiva, el orgullo por las cosas bien hechas.
Es una sociedad, que en parte, se ha lanzado “al monte”, dándola igual lo que suceda en su país, porque esta perdiendo el sentido del bien y del mal.
Son muchos los factores que contribuyen a esta situación: la desestructuración familiar, el egoísmo galopante, la falta de un sentido religioso, la deficiente educación, unos medios de comunicación incapaces de buscar la verdad y sometidos a los poderes en su inmensa mayoría, en definitiva, una crisis social de gran calado.
Por otro lado la falta de referentes morales, a nivel individual cada vez es mayor, y no parece atisbarse, un líder social y político con arrojo suficiente para liderar un cambio de mentalidad en una sociedad acomodada, que no tiene en general más objetivos que la subsistencia, por su dependencia cada vez mayor de lo público.
Todos somos responsables de esta situación, que apesta y que no nos puede llevar a ninguna parte.
Sin un rearme moral, sin personas valientes que se comprometan y contracorriente luchen por decir y buscar la verdad, no hay solución.