La máxima debilidad del llamado gobierno “Frankestein”, situaría a España en una coyuntura de suma gravedad, debido a las diferencias de trato hacía Cataluña y el País Vasco, en detrimento de el resto de las Comunidades.
En realidad, sería premiar, la permanente deslealtad y el “chantaje” nacionalista, lo que dejaría sin sentido al propio sistema.
El sistema Autonómico, se basa en el consenso y en la lealtad institucional, si se rompe mediante la presión política y el desacato a la Ley, el sistema entrará en colapso.
Un gobierno dispuesto a todo con tal de seguir en el poder, puede ser un gobierno que al final acabe siendo directa o indirectamente desleal a la propia Constitución que precisamente le da su sentido y legalidad.
Nada que suceda en Cataluña o en el País Vasco y que afecte al resto de España, puede ser ajeno al resto de los españoles, por lo tanto, si el gobierno mediante cesiones o tratos, entrará en esa fase estaría pisando no sólo un “suelo resbaladizo”, sino que pudiera llegar a la ilegalidad y en tal caso también su propia legalidad estaría en juego, con las consecuencias consiguientes.
Me gustaría pensar que Pedro Sánchez, conoce bien las líneas que no puede atravesar, aunque a tenor de su obsesión por el poder y su falta de criterio y sensatez parece dispuesto a todo y eso sería muy grave no sólo para su persona, sino lo que es peor, para los españoles que queremos vivir en paz y libertad.