Dice un refrán castellano que “el zorro pierde el rabo antes que las costumbres”; es lo que se puede decir de Rusia, sus atletas y el dopaje.
En los países comunistas del llamado “telón de acero”, se realizaron prácticas casi monstruosas como embarazar a niñas gimnastas durante un tiempo para que tuvieran más energía y luego propiciaban un aborto y otras prácticas de doping, como es el caso de la Rumania de Ceacescu o de la propia Unión Sovietica.
Ahora Rusia, que no es un país oficialmente comunista, pero que tiene unos dirigentes que han practicado esa política, no hay que olvidarse que Putin fue agente de la KGB; han vuelto a la andadas y se ha demostrado después de una larga investigación de cinco años, como desde el propio estado, se ha contribuido directa o indirectamente a ocultar casos fragantes de doping en deportistas de aquel país.
Rusia, sigue siendo un país que merced al comunismo, ha visto trastocado sus valores, la población rusa, sobre todo la de los pueblos, esta convencida que occidente es un gran enemigo y tienen un difuso concepto de las libertades y su nacionalismo exagerado, permite a sus gobernantes hacer lo que les de en gana y convertir la vida política en un “fangal”.
Ninguna corrupción de occidente, tiene parangón, con la corrupción de las diferentes esferas del poder en Rusia y eso es algo que cualquier persona que tenga relaciones comerciales o tenga allí residencia puede confirmar.
Por lo tanto, todo lo que toca la ideología comunista, queda convertido en mentira, miseria, corrupción y muerte, así de claro.