Muchos en esta sociedad que vivimos, empezamos a estar hartos de lo que se llama “políticamente” correcto en cualquier faceta de la sociedad.
Lo que se llama “políticamente” correcto, no deja de ser una usurpación de la opinión y de la libertad ajena.
Se marca una tendencia por parte de unos pocos y utilizando las redes y los medios de comunicación se acaba haciendo de la idea lanzada, minoritaria inicialmente una idea casi mayoritaria después a través de todo un proceso de martillero mediático.
Es decir, se invade las conciencias de las personas a través de una especie de “apartheid”, es decir, separando de la normalidad social a aquellos que piensan distinto, porque simplemente hacen uso de su libertad.
Lo acabamos de ver con la utilización sesgada de los derechos de las personas de raza negra, que toda persona de bien por supuesto defiende, pero que se manipula para hacer un revisionismo falso de la historia, cuestión que nada tiene que ver con la defensa de los derechos de toda persona.
Otro tanto sucede con otras muchas cuestiones que se tratan de imponer, sin respetar las creencias e ideas de los demás, atreviéndose a calificar de retrogrado a todo aquel que tenga la valentía de defender su libertad y su manera de pensar.
En definitiva, ha nacido una nueva dictadura: la dictadura de lo políticamente correcto.