MAL EJEMPLO

 

Creo firmemente en la necesidad de los sindicatos, para defender al trabajador de injusticias y de incumplimiento de derechos, es algo básico y fundamental, pero esa necesidad de defensa de derechos, nada tiene que ver con la deriva de una gran parte de los liberados sindicales, que pueden cumplir su misión sin necesidad de tener prebendas en forma de no ir a su puesto de trabajo.

Hemos visto a la sociedad civil, familias, instituciones religiosas, empresas, organizaciones sociales colaborar con alimentos, fabricación de máscaras, etc.

No he visto, que los dos grandes sindicatos, pusieran a sus liberados y su estructura a desinfectar, recoger alimentos o fabricar mascarillas, a nivel individual, seguro que algún liberado sindical a colaborado, pero no he visto nada a nivel global.

El colmo de los colmos, es que según recoge Vozpopuli, sólo un tercio de los liberados sindicales de la sanidad madrileña, se han incorporado a sus puestos en plena emergencia, lo que deja claro el egoísmo de estas personas.

Hay que decir que sin embargo el sindicato CSIF, puso a disposición de la sanidad madrileña a todos sus liberados sindicales.

Es necesario otro sindicalismo, moderno, coherente, para que desaparezca el olor a naftalina de algunos.      

LA CLAVE DE UNA RESPUESTA ECONÓMICA INSUFICIENTE

 

En lo que señalaré a continuación esta sin duda, una de las claves de una falta de respuesta contundente del Gobierno de España en materia económica.

El organismo europeo de estadística Eurostat ,encargado de la evaluación de los datos de los diferentes países, indica que el déficit público de nuestro país subió en el pasado, año tres décimas más del PIB de lo manifestado por el Gobierno, es decir, 2.700 millones de euros más de gasto, haciendo que por primera vez desde final de la crisis, España cierre el ejercicio con un incremento de déficit público respecto al año anterior.

Si España, hubiera cumplido los objetivos marcados, nuestra capacidad de dar una respuesta inmediata a la crisis hubiera sido mucho mayor y nuestra credibilidad internacional no estaría en cuestión, como se demuestra ahora con la subida de la prima de riesgo a pesar de la actuación del Banco Central Europeo, comprando deuda.

La mentira o las medias verdades, se ha convertido en algo habitual y ello no es discutible porque los datos cantan, como ocurre en este caso.

La pregunta es la siguiente:¿Puede un Gobierno, que ha sido incapaz de controlar las cuentas públicas, cuando la economía estaba creciendo al dos por ciento, gestionar una crisis tan grave como la que ha originado la pandemia?.

La respuesta es fácil y el pueblo español, debe de ser consciente de que no vamos a ningún sitio bueno con la mentira o las medias verdades.

 

 

EL BIEN COMÚN

 

Necesitamos políticos que sean capaces de inmolarse por el bien común y que no les importe no ser reelegidos.

No se puede abordar soluciones sin decir la verdad y sin generosidad, de otra forma todo será un fracaso.

Es muy posible, que casi toda la clase política quede arrasada a causa de esta crisis, es algo muy probable y por lo tanto debieran de preocuparse sólo y exclusivamente del bien común.

El Gobierno, debiera de buscar en gestores de grandes empresas, expertos en diferentes campos, asesores con capacidad para liderar la crisis y poner las bases de un salida rápida.

Nadie ni del Gobierno ni de la oposición, tiene hoy por hoy experiencia ni prestigio para poner sobre la mesa la cirugía que necesita esta crisis y las medidas de todo tipo que hay que tomar.

El Gobierno italiano, ha nombrado un grupo de expertos contrastados y no desconocidos para desarrollar planes para la recuperación económica.

Pero lo que es imposible es imposible, es decir, que expertos en marketing sean los que digan lo que hay que hacer en el futuro, eso es como intentar que una persona que nunca ha visto el mar, sea el capitán de un petrolero de cien mil toneladas, algo imposible.

 

 

LUTO Y SENTIMIENTOS

Sólo tiene una explicación, la negativa a declarar luto oficial en España, mientras dure la pandemia, con las banderas a media asta.

La explicación, no puede ser otra, que no se quiere reconocer que vivimos una pandemia con más de veinte mil personas muertas y miles de enfermos, ya que se considera malo para la imagen del poder, además, no se pide perdón un acto de máxima humildad, porque sería reconocer los fallos, es decir sobra soberbia.

De lo contrario, se hubieran sumado sin mayores problemas a las numerosas peticiones de declarar duelo nacional.

No sirve decir que cuando acabe la pandemia, se realizará un gran acto de homenaje a las víctimas, eso esta bien pero no es suficiente, ahora es cuando esta ocurriendo todo.

Lo más dramático es que con 20.000 muertos, siga en el calculo de imagen dependiendo de asesores de marketing, que más parecen “maquinas” sin sentimiento. No es hora de los expertos de marketing, es la hora de técnicos capacitados y con experiencia y no de amigos en lo ideológico.

Falta sentimientos en demasiado políticos españoles, hay excepciones positivas por supuesto, pero da la sensación que sólo interesa el cargo, el poder, el relato que dictan unos supuestos expertos en imagen que jamás han gestionado nada. Vamos, todo un drama para esta sociedad.

 

 

 

UNIDAD EN LA VERDAD

Si en una empresa privada, se produce la desgracia de un accidente laboral, totalmente casual, se investiga hasta límites extraordinarios las supuestas responsabilidades del empresario de turno y de las medidas de seguridad en el trabajo.

Sin embargo, nuestro políticos no quieren tener responsabilidades, sólo parecen estar en la mayoría de los casos, para sacarse la foto y cargar a otros la culpa.

Claro que el Gobierno de la nación tiene responsabilidades, en el que la pandemia haya tenido una repercusión en España de alta mortalidad.

Debieran de haberse cortado diez días antes las comunicaciones aéreas con Italia, los vuelos llegaban como si nada sucediera y también haber cortado el tráfico aéreo con otros países Asiáticos.

Nada de ello se hizo, al contrario, se ánimo a participar en la manifestación feminista, se autorizaron partidos de futbol y mítines políticos.

¿Cómo es posible que nadie pida perdón, como al menos ha hecho el Presidente Macrón?

No sólo no se pide perdón, sino que se miente tratando de convencer que se actuó bien.

Hay que recordar que por parte de los responsables, se decía que España estaba preparada la pandemia, añadiendo que teníamos uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo. ¿En que quedamos, que teníamos medios o no los teníamos, y en cuyo caso se estaba mintiendo?.

Y ahora se pide unidad, la unidad, siempre es buena, la tienen los ciudadanos entre si, pero no debe de ser una unidad para tapar tanta mentira e incompetencia.

La unidad, debe de estar basada en la verdad y no en engañar o decir medias verdades para seguir en el cargo, que en el fondo es la única estrategia que se puede atisbar en algunos.

 

 

DERECHO A LA SALUD Y LIBERTAD

 

 

 

La gran mayoría de la sociedad española, sigue las instrucciones con resignación y responsabilidad en nuestro confinamiento, no había otra solución, para parar la pandemia después de no haberse tomado por parte de las autoridades competentes ninguna medida preventiva, en los desplazamientos y no haber controlado las fronteras hasta mitad del mes de marzo.

La población lo ha hecho con responsabilidad, pero creo ha llegado el momento de responsabilizar al ciudadano, no somos súbditos y por lo tanto debemos de ser responsables de nuestro actos, utilizando bien la libertad.

Mascarillas preventivas, higiene, distancia entre personas, son medidas para poner en marcha la salida en libertad y recuperar cierta normalidad.

Si alguien no cumple las medidas de distancia y mascarillas puede ser multado.

Nuestra libertad, tiene que ser compatible con la contención de la pandemia.

Empiezo a estar cansado, de seguir el dictamen de los mismo expertos que decían que no había que cerrar las comunicaciones con China y con Italia en plena expansión de la pandemia o que las mascarillas no eran necesarias; y ahora quieren que sigamos encerrados sin posibilidad de dar un paseo sólo o acompañado a distancia y que los niños no puedan salir a jugar, un rato al menos.

Señores del Gobierno, esto no es China, estamos en un país con libertades y derechos y hay que hacerlos compatibles con el control de la pandemia.

LA IMPORTANCIA DE UNAS CUENTAS PÚBLICAS SANEADAS

Llorar por la leche derramada no conduce a nada, pero si sirve de lección.

Si desde la famosa moción de censura a Rajoy, utilizando medias verdades, al menos, se hubiera seguido una política económica adecuada en la línea anterior que recortaba poco a poco el déficit público y trataba de aprovechar un crecimiento del tres por ciento, para caminar en el saneamiento de nuestras finanzas púbicas; sin duda hoy estaríamos en una mejor situación para hacer frente a la problemática generada por la pandemia, no sólo en las personas sino también en la economía.

Tendríamos un margen mayor de cinco puntos en nuestro endeudamiento sobre el PIB y no hubiéramos llegado como ocurre sin apenas margen a la situación actual.

Hay que tener en cuenta, que con el actual ejecutivo a pesar de los grandes aumentos en recaudación, el PIB alcanzo en el 2.019 en términos de caja un desfase de 33.223 millones de euros.

El gasto improductivo del gobierno de Sánchez con aumento de asesores y altos cargos ha sido descomunal y además se ha retenido o no pagado unos 2.400 millones de euros a la Autonomías, todo ello se ha hecho en base a tener uno costes de financiación muy favorables, sin querer darse cuenta que una financiación tan favorable. no tiene porque persistir en el tiempo y se debiera de haber aprovechado para reducir el “apalancamiento” de las finanzas públicas.

Por todo ello, se pude en parte entender, que algunos países con presupuestos saneados se nieguen a mutualizar la deuda con unos gestores tan deficientes.

La alternativa al final, será que la ayuda de la UE llegará a España, para atender a personas y empresas, pero estará sometida como es lógico a controles muy severos y eso no lo quiere Pedro Sánchez, porque le impedirá tener las manos libres para hacer su voluntad    

PARECE INCREIBLE

No se cuanto ha podido costar la última encuesta del CIS, seguro que un dinero que España no tiene y deberá pedir prestado. (La deuda pública superará el 110 por ciento del PIB en un inmediato futuro).

Me faltan calificativos que en plena emergencia nacional y con más de 18.000 fallecidos por esta pandemia, se quiera conocer la opinión de los españoles a través de una encuesta.

Parece increíble tan poco corazón y empatía, es algo que nunca en personas sensatas pudiera suponer.

Resulta que falta material, cuando escribo esto estoy viendo a personas muy cercanas hacer mascarillas y trajes de protección, porque son necesarios y el Estado todo protector, no llega a poner en los hospitales residencias y otros centros el material necesario.

Estamos llenos de necesidades y en un futuro necesitaremos un esfuerzo colectivo y algunos a izquierda y derecha, esta pensando en el CIS, porque lo lógico es que no se hubiera realizado estudio alguno con lo que esta sucediendo.

No me extraña, que algunos países nos manifiesten que no están para sufragar gastos superfluos y digan que de mutualizar la deuda, nada de nada.

Gracias a multitud de empresas, particulares, asociaciones, congregaciones religiosas, se esta cubriendo mucha demanda de mascarillas y trajes protectores, como primero fue de respiradores, sin embargo, hay dinero para estas “milongas” como no deja de ser en la presente circunstancia un análisis sociológico.

El dinero público no esta para estas cosas, sobre todo, en estas tristes circunstancias, ni para que algunos sigan pensando en sus cargos y no en el futuro de tantas personas y de toda la nación.

Es verdad que hay que tener paciencia y templanza, pero algunos hechos desde luego nos ponen a prueba como seres humanos.  

DERIVADAS DE LA PANDEMIA

 

 

La crueldad de esta pandemia del coronavirus tiene muchas derivadas: el sufrimiento de los enfermos en la soledad, la ansiedad y falta de noticias de los familiares y el dolor que ello genera, la lucha de los médicos y resto del personal sanitario, el confinamiento en los hogares, que empieza a ser cada vez más difícil de soportar y las consecuencias económicas y laborales de todo tipo.

Sin embargo, no se habla suficientemente de las personas recluidas en residencias y centros sanitarios especiales con dependencia física o de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Las familias, por la lógica de los protocolos y de la propia seguridad de los pacientes, no pueden visitar a estas personas en residencias y centros especializados, es verdad que saben permanentemente de su estado, pero no pueden trasladarles su cariño y cercanía; lo que también produce una sensación de frustración muy grande.

Hay mucho sufrimiento, a causa de esta cruel enfermedad, un sufrimiento que requiere de compresión y de respeto y no de intentos permanentes de pasar página.

Todos queremos pasar página y que esta enfermedad sea controlada, pero queremos aprender de errores y también, que cada cual asuma su responsabilidad y que no se intente en cada rueda de prensa, hablar de lo accesorio y dejar lo importante.

El dolor debe de ser mitigado, los familiares que han perdido sus seres queridos, merecen que todos, y digo todos, en la medida de lo posible, hagamos de cirineos y les ayudemos en estos momentos tan difíciles; lo que no necesitan es soberbia y prepotencia, de nadie y menos de aquellos, que precisamente debieran de ser ejemplares en sus formas y maneras.

SENSATEZ Y MODERACIÓN

Nadie en su sano juicio, puede creerse que las medidas económicas de algunas personas que han defendido la catástrofe humanitaria de Venezuela, puedan tener solvencia y credibilidad.

El comunismo, sólo puede anidar en momentos de desesperación y de desintegración social.

Una sociedad justa, con riqueza bien administrada es el mejor antídoto contra la dictadura comunista.

Por lo tanto, los organismos internacionales, que son los que nos tienen que ayudar, pedirán garantías y condiciones a esa ayuda, para que no se dilapide en asesores, subvenciones a organizaciones amigas y en gasto público clientelar.

La sensatez y la moderación, están en el polo opuesto a los radicales y ello es algo que se puede sacar como conclusión a poco que se conozca la historia.

Son tiempos para personas generosas, personas de bien, dispuestas a inmolarse políticamente y dispuestas a decir la verdad siempre a un pueblo demasiado acostumbrado a la mentira.

Sólo desde el trabajo bien hecho, desde la generosidad, la unidad y el sentido común saldremos rápidamente de la situación actual, aunque algunos defiendan

métodos fracasados, aderezados con recorte de libertad