LA LEY DEL SILENCIO (1)

 

Otro gran trabajo de D. Fernando del Pino Calvo-Sotelo 

 

La ley del silencio (I)

«La pandemia de covid-19 es uno de los eventos más manipulados de la historia, caracterizado por mentiras oficiales vertidas en un flujo interminable por las burocracias gubernamentales, las asociaciones médicas, los medios de comunicación y los organismos internacionales»

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Fernando del Pino Calvo-Sotelo

27 de julio de 2022

La pandemia de covid-19 es uno de los eventos más manipulados de la historia, caracterizado por mentiras oficiales vertidas en un flujo interminable por las burocracias gubernamentales, las asociaciones médicas, los medios de comunicación y los organismos internacionales»[1].Esta descripción, realizada por un médico, el neurocirujano norteamericano Dr. Blaylock , se ajusta a lo que van a descubrir en este artículo.

Veremos cómo la peligrosidad del covid se exageró de forma grotesca para crear una histeria colectiva que dirigiera a la población hacia una vacunación masiva, para lucro desmedido de las grandes farmacéuticas. También veremos cómo estas vacunas desarrolladas a toda prisa y poco testadas se han mostrado ineficaces y causado un nivel de efectos secundarios adversos sin precedentes, hechos científicamente documentados pero que el contubernio político-mediático-farmacéutico intenta ocultar bajo un manto de silencio. Los políticos que nos encerraron y jugaron a dictadores, los medios encargados de mantener a la población en un constante estado de terror y la codiciosa industria farmacéutica, siempre proclive a medicar a los sanos (mucho más numerosos que los enfermos), no quieren que se sepa la verdad.

Así, la incalificable campaña de terror mediática, un verdadero acto de terrorismo (“dominación por el terror”) que ha hecho enfermar mentalmente a parte de la población, logró un doble objetivo: creó un ambiente histérico que abonó el experimento totalitario de fascismo sanitario que hemos sufrido y preparó a la población para que anhelara inyectarse chapuceras “vacunas” y terapias genéticas en gran medida experimentales. ¿Cuál ha sido el resultado? El virus continúa circulando (como no podía ser de otra manera), pero Pfizer ha multiplicado por dos su cifra de ventas en un solo año gracias a su “vacuna” contra el covid y Moderna ha pasado de una cifra de ventas de 800 millones de dólares y abultadas pérdidas a unos ingresos de 18.000 millones y beneficios de 12.000 millones.

Requisitos de las vacunas

Las vacunas han sido un gran descubrimiento de la Medicina[2], pero, en cumplimiento del Principio de Pareto, muy pocas pueden considerarse extremadamente exitosas. En efecto, el enorme éxito de la vacuna contra la viruela (la original) o contra la poliomielitis, ambas con merecida fama, no ha sido fácilmente replicado y, de hecho, antibióticos como la penicilina o productos como el DDT (que contribuyó a erradicar la malaria en gran parte del planeta) han salvado, en orden de magnitud, muchas más vidas que las vacunas.

Aunque para la mayoría de vacunas de uso común los beneficios superan con creces los riesgos, la mayor parte de las que todos nos hemos puesto a lo largo de nuestra vida o hemos puesto a nuestros hijos previenen enfermedades de escasísima letalidad o con riesgos ínfimos de desarrollar síntomas o secuelas graves. Otras simplemente evitan la inquietud de pasar una enfermedad pesada, más que otra cosa, pero no reducen la mortalidad de forma significativa. De hecho, tras más de 200 años de investigación científica, sólo existe una docena de vacunas aprobadas basadas en virus vivos pero atenuados, la mayoría cubriendo enfermedades de relativamente escasa letalidad[3].

Por lo tanto, no es nada fácil desarrollar vacunas, a las que siempre se le exige tres requisitos: necesidad, eficacia y seguridad. ¿Cumplen las “vacunas” covid con estos requisitos? Como veremos a lo largo de este artículo, la respuesta es claramente negativa. No obstante, el fracaso de unas “vacunas” fanáticamente promovidas por los poderes públicos y los medios de comunicación está siendo silenciado por sus promotores por razones obvias, pues probablemente nos encontremos ante el mayor escándalo de salud pública de la historia.

El covid, ¿una enfermedad leve?

Antes de proseguir, conviene aclarar que por simplicidad llamaremos indistintamente a las inoculaciones ARNm contra el covid “vacunas” o terapias genéticas, siendo ésta última una denominación más precisa, como queda claro en la literatura médica o en la propia documentación remitida por Moderna a la SEC en 2020 (“actualmente, ARNm es considerado terapia genética por la FDA[4]”). El motivo obvio por el que se denominaron “vacunas” fue para lograr la aceptación del público, como reconoció un alto cargo del sector farmacéutico: “Las vacunas ARNm son un ejemplo de terapia genética, y si hubiéramos preguntado al público hace dos años si estaba dispuesto a que se le inyectara en su cuerpo una terapia genética, probablemente el porcentaje de rechazo habría alcanzado el 95%[5]”. El maquillaje llegó al extremo de que el propio CDC modificó sobre la marcha en 2021 su definición de “vacuna” y “vacunación” para incluir las inoculaciones de ARNm[6].

Para ser necesaria, una vacuna debe impedir una enfermedad potencialmente grave para la población objetivo en su clínica o en sus secuelas (por eso contra la gripe sólo se vacuna a los mayores). Dado que desde un principio el covid sólo fue peligroso para un segmento de la población de riesgo muy acotado por edad, por cuatro patologías concomitantes (obesidad, hipertensión, diabetes y cardiopatías) y curiosamente por sexo (las mujeres adultas tenían la mitad de riesgo que los hombres), esto habría reducido la campaña de vacunación, como en el caso de la gripe, a la población de riesgo, fundamentalmente mayores de 60 y personas con comorbilidades. Por lo tanto, para la inmensa mayoría de la población el requisito de necesidad nunca se cumplió, pues para ellos el covid siempre fue una enfermedad estadísticamente leve. Los niños, adolescentes, jóvenes y adultos sanos menores de cierta edad nunca tuvieron de qué preocuparse.

Sin embargo, con su campaña de terror, el contubernio político-mediático-farmacéutico logró convencer a la población que el covid era peligrosísimo para todos. No era cierto. En España los datos oficiales del Ministerio de Sanidad mostraban que, incluso en lo peor de 2020, si bien la letalidad o mortalidad del covid (IFR) era del 4% en mayores de 70 años (sobrevivían 96 de cada 100 contagiados), caía hasta el 0,3% en personas de entre 50 y 70 (sobrevivían 997 de cada 1.000) y era muy cercana a cero en personas sanas menores de 50[7]. En efecto, dado que dos tercios de los hospitalizados por covid tenían al menos una patología concomitante, en las personas sanas la letalidad era muy inferior a estos porcentajes.

En otros países los datos eran similares: más del 90% de los mayores de 80 años que contraía covid sobrevivía, así como el 99% de los de 65-70 años, el 99,9% de los de 45-50 años y el 99,99% de los de 30-35 años[8]. En los menores de 18 años que contraían covid sobrevivía el 99,995% y prácticamente el 100% en aquellos sin patologías previas. Para que se hagan una idea, del total de muertes por todas las causas en esta franja de edad en el primer año de epidemia (los menores también mueren), menos del 1% murieron por covid[9], o sea, que el 99% de menores que murió en el 2020 lo hizo por accidentes o por otras enfermedades de las que los medios nada dicen. Repito que estos datos corresponden a los inicios del covid, cuando era más grave.

Tras la reducción paulatina de la letalidad[10] y, sobre todo, tras ómicron, que tiene una letalidad hasta un 80% inferior a la de las primeras cepas del virus[11] y es menos grave que la gripe[12] (cursando mayoritariamente de forma paucisintomática), hoy en día pueden dividir las cifras de letalidad anteriormente citadas entre 5 y quedarse cortos. Podría decirse incluso que ómicron ha inmunizado a la población de forma mucho más eficaz (para todos) y más segura (para algunos) que las “vacunas” o terapias genéticas.

El gran engaño

Estos datos de letalidad sorprenderán a quienes se hayan nutrido de las historias de terror de los medios pero no a cualquier epidemiólogo, inmunólogo o estadístico que haya seguido los datos. De hecho, John Ioannidis, conocido epidemiólogo de la Universidad de Stanford, ya tranquilizaba en mayo de 2020 sobre la levedad del covid para la inmensa mayoría de la población[13], pero los medios ocultaron sistemáticamente esta información crucial. Antes bien al contrario, crearon y cronificaron un alarmismo enfermizo.

Pero aún hay más. Estos porcentajes de letalidad proceden de dividir el número de fallecidos entre el número de personas contagiadas según los estudios de seroprevalencia, por lo que la mortalidad real sería aún inferior a la mostrada. ¿Por qué? Primero, porque los datos de fallecidos no distinguían entre los que morían por covid y los que morían con covid pero de otras patologías concomitantes (o de un accidente de tráfico). Segundo, porque los estudios de seroprevalencia sólo detectaban anticuerpos IgG ignorando tanto la inmunidad celular como los anticuerpos IgA (mayoritarios en las mucosas), por lo que infravaloraban el número de personas que había pasado la enfermedad. Por lo tanto, el numerador real de la ratio era inferior y el denominador, superior.

Con estos números en la mano, no cabe ninguna duda de que el hecho de que el contubernio político-mediático-farmacéutico publicitara con un bombardeo diario los casos más alarmistas y callara la evidencia científica sobre la levedad estadística del covid para la inmensa mayoría de la población fue un engaño deliberado. ¿Con qué objeto? ¿Para que la población aceptara sin rechistar dictatoriales restricciones a su libertad y, sobre todo, para que consintiera (incluso deseara) un programa de vacunación indiscriminado con vacunas y terapias genéticas poco testadas, para desorbitado lucro de las grandes farmacéuticas?

“No existen enfermedades sino enfermos”, reza una conocida máxima médica. En todo medicamento los beneficios para cada paciente en particular deben contrastarse con los potenciales riesgos para ese paciente en particular. Si con el covid el riesgo para un joven era 1.000 veces inferior que para un anciano, ¿cómo justificar que se vacunara a ambos indistintamente? ¿Cómo podía afirmarse de forma genérica que los beneficios de estas “vacunas” compensaban los riesgos? Para unos, quizá sí; para otros, claramente no.

La conclusión es clara: nunca fue necesario vacunar contra el covid a las personas sanas menores de 50 o 55 (por pecar de prudentes), ni desde luego a los que ya habían pasado la enfermedad (que estaban protegidos por la superior inmunización natural), ni, sobre todo, a adolescentes y niños, una absoluta inmoralidad por la que se les sometió a un riesgo para su salud sin beneficio médico digno de mención. Lamentablemente, el fanatismo vacunal reflejó una sociedad moralmente enferma que pone en riesgo a niños para tranquilizar a adultos histéricos.

Como hemos visto, el requisito de necesidad sólo se cumplía para un segmento minoritario de la población y en ningún caso justificaba un programa de vacunación masivo e indiscriminado para el que se utilizó además el arma de la presión social mediante la vergonzosa estigmatización y discriminación de los no vacunados, una supersticiosa caza de brujas propia del Medievo. Pero ¿qué hay de los otros dos requisitos exigidos a toda vacuna? ¿Han sido estas “vacunas” eficaces para evitar la enfermedad o han resultado una tomadura de pelo? ¿Han sido seguras o más bien peligrosas? Pueden imaginarse la respuesta, que desarrollaremos en la segunda parte de este artículo.

 

UN INDECENCIA MORAL

Nuestros políticos, me refiero a los más importantes y no a los que ocupan cargos medios o Ayuntamientos, han perdido en gran parte, la vergüenza y se marchan de vacaciones.

Según recoge OK Diario, el Presidente del Gobierno se va veinte días a Lanzarote, a la Mareta, con todo lujo a su alcance incluido traslado en Falcón y por supuesto todo tipo de seguridad.

Según la información, serán veinte días de vacaciones “a todo tren” , pagadas por los españoles.

No digo que no tuviera derecho a unos días de descanso, en la Sierra de Madrid, o en un lugar discreto de cualquier región de España, pagado por supuesto, con su propio dinero; sería por otro lado lo lógico y un buen ejemplo.

Pero es una obscenidad, un insulto a los millones de españoles que no llegan a fin de mes y no pueden ir de vacaciones e incluso a aquellos que pudiendo viajar, piensan, que hay que ahorrar ante el futuro y buscan un descanso reparador modesto.

Sólo, desde la falta de respeto al pueblo español, que ve como sus ayudas se ralentizan o no llegan, que comprueba como día a día, los precios se disparan, que se da cuenta, como el Gobierno miente continuamente, puede una persona con un mínimo de vergüenza, tomarse unas vacaciones de veinte días, con todo pagado.

¿Me pregunto, por qué el señor Sánchez, puede tener las vacaciones gratis?.

Si todos somos iguales ante la ley, este señor, debiera pagarse todos los gastos de comida, viaje y estancia en la Mareta, lo contrario, es moralmente impresentable y creo que a poco que se judicialice sería ilegal.

Si quiere vacaciones, que se las pague, como todo ciudadano, lo demás es la utilización de bienes del Estado en beneficio propio.

Los habitantes de la isla de La Palma, que todavía no han recibido muchas de la ayudas prometidas, tienen que estar muy contento de tener cerca de un señor, que mientras ellos sufren carencias, disfruta a todo tren a cuenta del sudor de los españoles.

Una vergüenza de democracia y una indecencia moral, aunque sea legal.

¿QUE SIGNIFICA DESJUDICIALIZAR LA VIDA POLÍTICA EN CATALUÑA?

¿Que significa desjudicializar la vida política en Cataluña?: Significa acaso, que no se cumpla la ley, lo que sería acabar el estado de derecho y dejar que los independentistas pudieran hacer cuanto les de en gana.

Si ello fuera así, se puede hablar de una especie de “golpe de estado” encubierto, puesto que si la ley no se aplica y no hay estado de derecho, se acaba con la democracia.

Por otro lado, “dopar” con más dinero a la Generalitat, es otra desvergüenza de este Gobierno, que debiera de responder en los Tribunales de Justicia, por beneficiar a una región en detrimento de otras, por un “puñado de votos”.

Retorcer la ley, beneficiar a unas regiones en detrimento de otras, es una inmoralidad que debiera equipararse a la prevaricación, máxime, cuando se hace para conseguir después unos votos para permanecer mas tiempo al frente del Gobierno.

El señor Sánchez, aquel que llego según decía, para regenerar las instituciones,, está haciendo todo lo contrario, llevándolas al máximo a su perversión, retorciendo la ley y dejando el deposito de la decencia, totalmente seco.

Nadie puede estar por encima de la ley, y el llamado problema catalán, es un problema social creado durante el último siglo por algunos políticos catalanes, para esquilmar las arca publicas de todos los españoles, creando supuestos derechos artificiales, retorciendo la historia y mintiendo a raudales.

Es urgente, recobrar el estado de derecho en Cataluña y aplicar la ley sin miramiento alguno.  

OBJETIVO: CREAR DIVISIÓN

El Gobierno del señor Sánchez, parece tener como obsesión dividirnos, separarnos y crear entre nosotros rencillas.

El oponerse a que Juan de la Cierva, inventor del auto giro, porque supuestamente apoyo a Franco, es una estupidez y una afrenta a millones de españoles.

Es decir, para el señor Sánchez, la mitad de los españoles que estuvieron con Franco, no merecen nada.

La República no fracaso porque el sistema fuera malo, sino porque desde el propio sistema se vulneraron las leyes y se llevo a España a una situación insostenible, así reconocido por muchos demócratas del momento.

Por lo tanto, no se puede culpar a unos y decir que otro serán muy buenos porque es falso. Lo importante es que unos y otros se perdonaron y miraron hacía el futuro y ahora unos personajes, que ni conocieron la guerra, ni sus atrocidades, tratan de imponer un único relato, algo, creo que inconstitucional y que sólo crea división ochenta años después.

Sólo desde la irresponsabilidad o desde el mal se puede pretender abrir brechas cicatrizadas y hacer divisiones de buenos y malos, cuando el comunismo asolaba a medio mundo. Por favor un poco de responsabilidad y de concordia.

 

CASO ERES:VÍCTIMAS DE UNA FORMA DE HACER POLÍTICA

El Tribunal Supremo, ha confirmado la sentencia de los ex presidentes de la Junta de Andalucía , Manuel Chaves y José Antonio Griñan, por la macrocausa de los ERES.

Manuel Chaves, ha sido condenado a nueve años de inhabilitación y José Antonio Griñan a quince años de inhabilitación y seis de prisión a la que también han sido condenado cuatro ex consejeros de la Junta de Andalucía.

Ninguna persona de bien, se debe de alegrar del mal ajeno y en el caso de estos dos ex presidentes de la Junta, sin querer quitar su gran responsabilidad, que por supuesto la tienen, han sido víctimas del propio poder de su partido, es decir, un engranaje más, en una forma de clientelismo político, por lo que la condena sobre ellos debiera de ser menor y mucho mayor con indemnizaciones millonarias sobre el Partido Socialista, autentico responsable, al menos moral, de todo un entramado, que le permitió ir creando una gran red clientelar, como lo debiera de ser en el caso Gurtel para el PP.

Los partidos políticos, en esa época actuaban con “patente de corso” en muchos asuntos y debieran de incluso pagar con su propia disolución cualquier tipo de tropelía.

Las personas fallamos, por ello es necesario la existencia de controles serios y eficaces para impedir que ello ocurra.

Ya sabemos que ni Manuel Chaves, ni José Antonio Griñan, no se enriquecieron personalmente, pero si fueron responsables en mayor o menor medida de no controlar las prácticas ilegales de otros, de los gastos en bares de alterne y de la utilización de fondos sin el control debido.

La vida política española, está llena de buena gente, pero también de oportunistas desde la dirección de los partidos, que luego dejan abandonados a aquellos militantes que muy posiblemente siguieran instrucciones superiores, que aunque no les libre de responsabilidades, en realidad, sólo eran una pieza más en todo un engranaje.

La ley se descarga sobre unas personas, pero muchos otros responsables de la pirámide de poder, ahora se “lavan las manos”, como Pilatos.                CA

ESTUPIDEZ HUMANA E INGENIERIA SOCIAL

El “sin sentido” y la estupidez humana, florece de manera extraordinaria.

Día pasados, podía ver en las televisión autonómica gallega, como se subtitulaba en lengua gallega, las declaraciones de un entrenador de futbol que se expresaba en la lengua de todos el castellano o el español.

Obviamente, el cien por cien de los telespectadores de la televisión gallega, entienden la lengua común de todos los españoles y no era necesario hacer traducción alguna.

Esto demuestra como en los últimos veinte años, se ha venido haciendo ingeniería social a costa del dinero de todos, para justificar una diferencia que no existía, pero que pretenden agrandar.

No es sólo cuestión de la izquierda ni de los independentistas, es también cuestión del PP de Galicia, como primero lo fue del PP de Baleares.

No es que se persiga el gallego o el mallorquín, en absoluto, lo que no se debe de hacer es el ridículo y una falsa apariencia, para crear murallas sociales y así se manipula al personal con intereses políticos propios.

Claro que hay que proteger todas las lenguas, son un patrimonio, pero una cosa es proteger y otra utilizar la lengua como vehículo de división, llevando a lo absurdo casi todo.

España, esta gobernada por personajes en gran parte irresponsables y lo triste es que en mayor menor medida, casi nadie se salva. Una vergüenza muy cara.            

SENTIDO COMÚN Y DERECHOS INDIVIDUALES

En los últimos tiempos en España y también en otros muchos países, vivimos una realidad absurda, imaginaria y tóxica para la propia convivencia, por la perdida del “sentido común”.

Así por ejemplo, puede llegar a ser delito, si un grupo de personas se pone a rezar el rosario delante de una clínica que práctica abortos y por el contrario los ciudadanos que asistimos a una plaza de toros, tenemos que aguantar, lemas y carteles de todo tipo en defensa de los animales a las puertas de la plaza.

Unos y otros, debieran tener derecho a manifestarse en defensa de sus ideas, eso si, no se puede poner al mismo nivel la vida de un ser humano, que de un toro bravo.

Detrás de todo ello, lo que hay es la destrucción del ser humano en su libertad y sus derechos, sustituyendo por normas y leyes que dividen y que no garantizan igualdad de todos ante la ley.

No se puede defender que una manifestación ante una plaza de toros, sea legal y una manifestación ante una clínica en la que se practican abortos no lo sea.

No niego el derecho de lo que quieren suprimir los festejos taurinos, hacen uso de su libertad, pero también hacen uso de su libertad y con mucha más razón, los que defienden la vida de los seres humanos y se muestran contrarios al aborto.

En definitiva, el equilibrio de los derechos individuales, debe de estar basado en el “sentido común” y en la lógica, el problema, es que ahora se quiere destruir ambos criterios, se trata de poco menos de “volver locos” a los seres humanos.

«COMO SI NO HUBIERA MAÑANA»

Los precios del combustible, la subida de precios de los hoteles, no está siendo un obstáculo insalvable, para un buen número de españoles que disfrutan de vacaciones y se mueven de su lugar de residencia.

Me parece, por supuesto, fenomenal porque el gasto que realizan, generará puestos de trabajo y por lo tanto riqueza y además, el poder viajar y salir de la rutina habitual, es positivo para el cuerpo y la mente.

Sin embargo, observo que una parte de esta sociedad, ha salido, dicho con todo respeto como “pollo sin cabeza”, como si no hubiera mañana, es comprensible máxime después de los absurdos confinamientos y medidas inconstitucionales.

Es curioso, que muchas de esta personas que ahora salen despavoridas de sus casas buscando las vacaciones, se mostraron silenciosos y obedientes, ante medidas absurdas y contrarias a la libertad y por supuesto al sentido común., tomadas por los diferentes gobiernos.

Todo ello, demuestra sin querer generalizar, que esta sociedad se ha convertido es una especie de “rebaño”, sin capacidad de criterio propio y mucho menos de crítica.

El “sálvese quién pueda”, se ha instalado en la sociedad y algunos, muy ufanos comentaran al retornar de vacaciones ante el vecino o el compañero de trabajo, que no podido salir de vacaciones, en que lugares han estado y todo lo que han hecho.

Todo queda muy “guay” para presumir, aunque luego tengamos dificultades para pagar el recibo de hipoteca, la matricula del colegio de los niños y el material escolar.

Ahora, todo queda soslayado: disfrutemos mientras aguante el cuerpo, piensa el personal, en un egoísmo absoluto.

Debiéramos de tener un poco más cuidado y pensar que muchas personas, lo están pasando mal, no llegan a fin de mes y no es oportuno ni digno, ir presumiendo de gastos superfluos, lo que no quiere decir que sea malo disfrutar de las vacaciones, pero también debiéramos dedicar algo de tiempo a meditar que somos realmente y a donde vamos, y de paso, exigir a nuestro gobernantes que no nos cuenten “milongas” y nos respeten intelectualmente.

El Presidente del Gobierno, sus Ministros y los máximos dirigentes de los partidos políticos de la oposición, si tuvieran algo de “rubor”, no se irían de vacaciones, se quedarían descansando en solidaridad con muchos ciudadanos sufrientes, que debido a la crisis generada por su incompetencia y de la UE, estamos padeciendo.          

De momento, septiembre queda aún lejos, luego llegará el llanto por los excesos realizados. Una sociedad infantil e irresponsable.

PRESTIGIOSOS INVESTIGADORES, SOLICITAN SUSPENDER LA DOSIS DE REFUERZO DE VACUNAS COVID

El digital EUSKALNEWS, se ha hecho eco de un articulo publicado en la prestigiosa revista médica VIROLOGY JOURNAL.

El prestigioso Dr. Marty Makary, profesor de la Universidad JOHNS HOPKINS y miembro de la Academia Nacional de Medicina, ha subrayado el contenido de una carta rubricada por el DR. Kenji Yamamoto, en la que solicita que se dejen de inocular dosis de refuerzos de la vacunas COVID, ante el descenso de la función inmune detectado tras ocho meses, en pacientes con dos dosis.

La carta en cuestión, hace referencia a la información dada por estudios publicado por la revista THE LANCET y ha señalado que la función inmune entre los individuos vacunados, tras la administración de dos dosis, fue menor que entre los no vacunados.

Por todo ello el DR. Kenji Yamamoto, propone en su articulo, que como medida de seguridad: “se debe de suspender las vacunas de refuerzo adicionales. Además se pide que se debiera registrar en la historia clínica de los pacientes la fecha de su vacunación.    

EL DESCRÉDITO DE LA UE

El descrédito de la Comisión Europea y del resto de las instituciones comunitarias, es un hecho. por mérito propios de los dirigentes de dichas instituciones.

La UE como recientemente señalábamos, está pasando de ser la solución, a ser un problema.

Se entromete continuamente en asuntos que no son de su incumbencia, siguiendo instrucciones de agendas globalistas y otros intereses y lo que es peor coartando libertades, algo absolutamente intolerable.

Se pudo comprobar cuando se estableció el bochornoso pasaporte COVID, que fue prolongado, casi de forma clandestina hasta el inicio del próximo verano, sin necesidad ni explicación alguna, en un intento de tener sometida a la población.

Ahora, cuando se acaba el “rollo” de los pasaportes de momento, salen con el ahorro energético, sobre todo de gas, casi amenazando de una grave crisis, que ellos mismo por su incompetencia o por otros intereses han creado.

Normas, no consultadas con los ciudadanos, ni con lo países, normas, impuestas con perdón por una supuesta élite de “vividores” de la política, con grandes salarios y privilegios.

Estos señores, no piden perdón por sus errores, ni dan explicaciones del porqué la UE se dedica a pagar armas para Ucrania, si no es su cometido, no dan explicaciones, no piden perdón y están arruinando a nuestra sociedad y pervirtiendo nuestras libertades.

Claro, que el proyecto europeo, era ilusionante, pero los proyectos para que se cumplan necesitan de personas con conocimientos y bien intencionadas en la defensa del bien común y de las libertades de sus representados y no estar sujetas a intereses lejanos, que nos están dividiendo y arruinando.

El proyecto europeo, tendrá continuidad, si significa progreso, libertad y coherencia, de lo contrario, se disolverá antes que tarde y sería muy triste, pero también muy lógico ante tanto desastre de gestión.  

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