DERIVADAS DE LA PANDEMIA

 

 

La crueldad de esta pandemia del coronavirus tiene muchas derivadas: el sufrimiento de los enfermos en la soledad, la ansiedad y falta de noticias de los familiares y el dolor que ello genera, la lucha de los médicos y resto del personal sanitario, el confinamiento en los hogares, que empieza a ser cada vez más difícil de soportar y las consecuencias económicas y laborales de todo tipo.

Sin embargo, no se habla suficientemente de las personas recluidas en residencias y centros sanitarios especiales con dependencia física o de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer.

Las familias, por la lógica de los protocolos y de la propia seguridad de los pacientes, no pueden visitar a estas personas en residencias y centros especializados, es verdad que saben permanentemente de su estado, pero no pueden trasladarles su cariño y cercanía; lo que también produce una sensación de frustración muy grande.

Hay mucho sufrimiento, a causa de esta cruel enfermedad, un sufrimiento que requiere de compresión y de respeto y no de intentos permanentes de pasar página.

Todos queremos pasar página y que esta enfermedad sea controlada, pero queremos aprender de errores y también, que cada cual asuma su responsabilidad y que no se intente en cada rueda de prensa, hablar de lo accesorio y dejar lo importante.

El dolor debe de ser mitigado, los familiares que han perdido sus seres queridos, merecen que todos, y digo todos, en la medida de lo posible, hagamos de cirineos y les ayudemos en estos momentos tan difíciles; lo que no necesitan es soberbia y prepotencia, de nadie y menos de aquellos, que precisamente debieran de ser ejemplares en sus formas y maneras.

SENSATEZ Y MODERACIÓN

Nadie en su sano juicio, puede creerse que las medidas económicas de algunas personas que han defendido la catástrofe humanitaria de Venezuela, puedan tener solvencia y credibilidad.

El comunismo, sólo puede anidar en momentos de desesperación y de desintegración social.

Una sociedad justa, con riqueza bien administrada es el mejor antídoto contra la dictadura comunista.

Por lo tanto, los organismos internacionales, que son los que nos tienen que ayudar, pedirán garantías y condiciones a esa ayuda, para que no se dilapide en asesores, subvenciones a organizaciones amigas y en gasto público clientelar.

La sensatez y la moderación, están en el polo opuesto a los radicales y ello es algo que se puede sacar como conclusión a poco que se conozca la historia.

Son tiempos para personas generosas, personas de bien, dispuestas a inmolarse políticamente y dispuestas a decir la verdad siempre a un pueblo demasiado acostumbrado a la mentira.

Sólo desde el trabajo bien hecho, desde la generosidad, la unidad y el sentido común saldremos rápidamente de la situación actual, aunque algunos defiendan

métodos fracasados, aderezados con recorte de libertad

NO ES UNA GUERRA

Nos quieren hacer creer que la pandemia del coronavirus es una guerra y no es verdad.

Es una pandemia, grave, muy grave, que no ha sido debidamente abordada en muchos países y por ello esta teniendo las graves consecuencias que todos sufrimos.

El relato de que esto es una guerra, viene lanzado por aquellos que quieren disolver responsabilidades en una sociedad que no estaba bien informada.

La tragedia de los muertos, no es igual en unos países que en otros, porque en algunos países se trabajo con previsión y en otros no.

Este dato no es discutible y les invito a que miren las estadísticas de fallecidos respecto al número de habitantes, también se puede comparar el número de sanitarios fallecidos en cada país.

Todos estamos sufriendo mucho, de manera muy especial los enfermos, sus familias y los sanitarios, pero nadie que haya vivido el terror, la extrema violencia y el hambre de una guerra se atrevería a calificar la pandemia como una guerra.

La pandemia, parece era inevitable antes o después según los científicos, pero lo que si era evitable, era este número tan desolador de víctimas inocentes si los países se hubieran preocupado y si China hubiera informado antes.

Por lo tanto, el drama y el sufrimiento esta en los enfermos, en los familiares

de fallecidos, en los que están en los centros sanitarios luchando por la vida y en los médicos, personal sanitario de todo tipo y en aquellos que ven muy seriamente amenazado su puesto de trabajo.

No tendremos que reconstruir calles ni casas como en Beirut, es verdad ,que tendremos que reconstruir la solidaridad, la generosidad y el bien común, ayudando sobre todo y por encima de todo, a los familiares de la víctimas.

Por lo tanto esta pandemia no es una guerra, salvo que algunos quieran repartirnos en bandos.  

UNIDAD CON CREDIBILIDAD

Un pueblo unido, es un pueblo fuerte, de las unidad sale lo mejor: solidaridad, ayuda, esperanza, trabajo.

Pero para promover la unidad, es necesario creer en ella y no utilizarla como un producto a vender; debe de ser algo sincero.

Para convocar a la unidad, hay que tener credibilidad, esa credibilidad se demuestra a través de una trayectoria y también a través de los hechos de cada día.

No parece sensato, ni autentico insultar previamente a aquel con el que se quiere pactar y crear unidad, es todo un contrasentido y más que una torpeza, que pudiera tener reparación, parece una estrategia más de marketing, lo que no deja de ser una grave irresponsabilidad.

En las circunstancias actuales que vive España, los políticos no debieran pensar en su propia “carrera”, en su futuro, sino en el de los españoles y se debieran de inmolar políticamente si fuera necesario en pos de una unidad autentica.

El barco llamado “España”, navega con mar arbolada y sin embargo, en vez de tener una tripulación experimentada, tiene una tripulación muy novata y sin experiencia y además da la sensación, al menos, de que es un tanto arrogante y no quiere hacer caso de aquellos con experiencia en duras travesías y que avisan de que no es correcta la deriva.  

El mayor daño que se esta haciendo a la política española, es el gran poder de los llamados “gurús” de la comunicación de todos los partidos, porque nunca les importa el fondo de las cuestiones, sino se quedan en formas y en mensajes aparentes y superfluos, que no dejan de ser un engaño.

REDUCIR GASTO CORRIENTE

El llamado “Manifiesto por la libertad” rubricado por 2.200 economistas, solicitando que el Estado reduzca gastos innecesarios, para poder destinar esos remanentes de fondos a las personas y empresas que realmente lo necesiten es algo fundamental para salir de la crisis originada por la pandemia.

Se trata de reducir el gasto corriente e improductivo que en España, se debiera de haberse abordado hace muchos años.

No es de recibo que tengamos más coches oficiales que Estados Unidos o Alemania, que el número de asesores nombrados por los gobiernos de turno no aporten casi nada y que los fondos del Estado sean utilizados como una agencia de colocación para los políticos de partido.

Es necesario replantearse claramente la duplicidad de entidades y el propio funcionamiento del sistema autonómico, en cuanto a cargos públicos.

España, puede salir de la crisis con trabajo y con austeridad en lo innecesario y atención a lo principal: personas y empresas.

No puede ser que con los miles de muertos, todavía se este pensando en el “marketing político”.

Hagamos de la necesidad virtud y cortemos de manera radical, tanto gasto innecesario como tenemos en este país.  

NECESITAMOS BUENOS GESTORES

Debiéramos preocuparnos mucho, que ante una crisis de proporciones desconocidas, el Gobierno de este país, siga pensando en su presencia en el día después, en vez de estar dispuesto a gobernar y unir dejándose de proyectos personales e ideológicos.

España, no necesita ahora expertos en marketing y mucho menos medias verdades o mentiras, necesita un nivel político y de liderazgo que realmente no tiene.

La clase política en los últimos diez años, ha sido tomada por en términos generales, no quiero decir todos, por incompetentes; personas, que no han gestionado nada y que en demasiados casos vienen de las diferentes juventudes de los partidos, sin haber pasado por ninguna empresa, ni tamiz de gestión.

Estamos, lo digo salvando excepciones, ante unos profesionales que viven de la política y que no tienen en su mente la idea de servir, sino de subsistir.

Seguir viviendo bien de la política, es el objetivo de cientos y cientos de dirigentes de todas las fuerzas políticas, lo que no deja de ser un drama para esta sociedad.

La mayoría de nuestros dirigentes, me refiero a los más importantes, no han gestionado ni un Ayuntamiento, ni una Empresa, ni siquiera un “Kiosco de pipas”.

La mediocridad y la impostura al poder, lo grave es que las consecuencias las pagamos todos.

 

 

 

RESPETAR A LOS MUERTOS

 

 

 

Resulta, que hasta hace mes y medio, se ha ha estado un día si y otro también hablándonos de la Memoria Histórica y de la urgencia y justicia de recuperar los cadáveres de combatientes sin identificar.

Evidentemente, es de justicia y debiera de procederse con sumo respeto a la recuperación de cuerpos de personas desaparecidas durante la guerra civil, es un hecho de justicia y también humanitario para sus familias, pero en modo alguno, debiera de ser utilizado como forma de dividir a los españoles por hechos sucedidos hace ochenta años, cuando la sociedad española goza hoy de plena libertad y quiere mirar al futuro.

Casualidades o paradojas de la vida, ahora, parece no se es capaz, de controlar perfectamente el número de fallecidos, por una gran tragedia como es la de la pandemia del coronavirus. Se dice que el número de fallecidos, es mucho mayor.

Da la sensación, al menos eso parece, que se trata de ocultar a los muertos y sin embargo, hasta hace poco se hablaba de exhumaciones y de tumbas a todas horas y con total normalidad y algunos hasta con falta de respeto; los españoles ya ni se acordaban y habíamos pasado página.

Pero estos muertos por la pandemia, son de hoy, de ayer y de días pasados, las familias si se acuerdan de sus seres queridos fallecidos en las UVI sin su compañía, en las Residencias de Mayores, por falta de una previsión o por posible falta de respiradores u otros medios en algún caso; pero ahora ya muchos medios de comunicación y demasiadas autoridades, dan la sensación de que no querer oír hablar de muertos, olvidándose, que tanto aquellos, como estos, eran seres humanos, iguales en derechos y dignidad.

Sin embargo, tanto entonces como ahora, se debiera reconocer errores, corregir fallos y acompañar a los familiares de las víctimas, mirando al futuro en paz, sin llevar cuentas del mal y sin tentación alguna de sacar rentabilidad política fe ningún tipo.

Pero para eso falta tener talla humana y ganas de sumar y no restar.

 

 

 

HOY ES JUEVES SANTO

Hoy es Jueves Santo: “Día del Amor Fraterno”. En medio de esta tragedia que estamos viviendo, recapacitar y poner el amor por delante de la rabia y de la frustración ante tanto dolor y tanta incompetencia.

Jesús, entregó su vida por nosotros, sufrió el desprecio y la incomprensión de los suyos y también le flaquearon las fuerzas ,como nos ocurre a nosotros tantas veces: “Dios mío, Dios mío porque me has abandonado”.

Tenemos flaquezas, ganas de lanzar muchas veces nuestras frustraciones, nuestras ganas de decir “a chorro” todo lo que pensamos, de expulsar lo peor de nosotros mismos.

Pero no, no debemos de caer en esa tentación, que nos hace peores. Busquemos al

Señor en este día que instituyo la Eucaristía, el alimento de vida.

Busquemos, la brisa de la paz, la brisa junto al mar de una tarde de verano, la brisa de la reconciliación, del encuentro de la paciencia infinita que necesitamos, del perdón sin límites.

Hoy es Jueves Santo, nuestras calles están vacías, los pasos procesionales en sus Iglesias y Capillas, el silencio y la melancolía lo envuelve todo.

Sin embargo, el Señor esta con nosotros, aunque a veces parece que hay demasiada oscuridad, la derivada de nuestro corazones dubitativos, llenos de miedo, pero nada nos debe de preocupar: El Misterio de la Fe es así, inabarcable y lleno de dudas, pero detrás de estas dudas esta la Pascua, la Resurrección, la alegría de que el bien vencerá definitivamente al mal y que algún día nos encontraremos cara a cara con Dios.

 

“LOS EXPERTOS”

Hoy quisiera referirme a los expertos del gobierno sobre la pandemia del coronavirus.

La gran mayoría de los españoles no conocemos a los famosos expertos a los que de forma continua se refiere el gobierno, debieran de ser presentados públicamente y saber que criterio se ha seguido para su elección.

Esta claro, que este Gobierno imbuido de “marketing”, se parapeta detrás de los expertos, algo muy fácil, por lo tanto, los españoles debiéramos conocerles.

Si los expertos son los que saben lo hay que hacer en cada momento, que Gobiernen la crisis los expertos; lo que no sirve, es que en caso que se equivoquen el Gobierno se refugie en ellos.

Los expertos nos dicen…, los expertos piensan…todo, con perdón, son formulas muy viejas, para sacudirse responsabilidades.

Entre los expertos y los asesores de imagen, nos van a poner a todos la cabeza como “un bombo”.

Por favor, un poco de respeto a la inteligencia de los ciudadanos, al menos de los que quieren seguir pensando y razonando.

Cada vez más la actuación de nuestras autoridades se parece más a un decorado de teatro, que parece bonito por fuera y esta vacío de contenido por dentro.

ALGUNAS OCULTACIONES DE LA VERDAD

Pude ver hace muy pocos días en la CNN, canal norteamericano, precisamente no cercano al actual presidente Donald Trump, como recogía varias declaraciones del

Presidente estadounidense del mes febrero y de primeros de marzo, en las que mostraba su opinión de que el coronavirus, era poco más que una gripe, en contraposición, emitía imágenes actuales diciendo todo lo contrario.

La actuación de la CNN es algo normal en cualquier medio democrático, sin embargo, no verán ustedes prácticamente en casi ningún informativo español, declaraciones del señor Sánchez y de ningún miembro de su gobierno, anteriores al ocho de marzo diciendo que todo estaba controlado y señalando que no había riesgos.

Es decir, se oculta la verdad de manera clara y premeditada.

A la pregunta  sobre la evolución a la pandemia en otros países, antes del ocho de marzo, se decía con cierta arrogancia: “estamos preparados tenemos un gran sistema sanitario”.

Por lo tanto, casi todos los informativos de las televisiones están haciendo un triste papel en esta crisis.

Es verdad, que la falta de información independiente no es igual en todos los medios, ya que en algunos casos se llega al “forofismo” defendiendo la actuación del Gobierno y ocultando el dolor de la víctimas. Un gran daño a la democracia y a la información veraz.