Una de las claves fundamentales para conseguir en el futuro sociedades mejores y más justas, es combatir la mentira.
La mentira, esta destrozando a la actual sociedad, que cabalga a lomos del “relativismo” y que acaba llevando al ser humano a una especie de “locura” y manipulación, perdiendo el sentido de las cosas y hasta del bien y el mal en algunos casos.
En el momento actual se puede comprobar fácilmente, en la utilización de palabras “huecas” que no significan nada o quedan su significado en una especie de “neblina”.
Tenemos el termino “progresista” una palabra que se empezó a utilizar en el siglo XX, aunque pudo ser utilizada a finales del siglo anterior como forma de pensar contraria al conservadurismo.
Sin embargo, es una palabra que en si mismo engaña. ¿Quién no quiere el progreso?.
¿Quién no quiere hoy la justicia social ?, al menos, de boca para fuera.
Estamos en una utilización de frases y formas, que sólo trata de engañar y dividir y dar un plus de ética a aquellos que las utilizan, que por cierto, muchas veces no existe.
Una gran parte de la izquierda, no quiero decir toda, recibió como herencia del comunismo, la utilización de la mentira permanente, que los disidentes de la antigua Unión Soviética, conocieron muy bien y que explican muchos autores, entre ellos el propio Solzhenitsin en algunas de sus obras.
Ponemos el ejemplo de otra palabra trampa. “Interrupción voluntaria del embarazo”, expresión trampa que esconde la muerte de un inocente no nacido.
La intención de esta expresión, es suavizar, lo que realmente es: la muerte de un ser que tiene vida y que no puede defenderse.
Podemos seguir así con muchas más palabras “trampa”, son casi todas fruto de un izquierda que ante la asunción de la justicia social por parte del centro y de la derecha de su espectro, buscan formas de diferenciarse, casi todas basadas en la exageración, manipulación e incluso en la mentira.
Sin embargo, esta especie de epidemia de la mentira, ya no es sólo patrimonio de una parte de la izquierda, sino de otras fuerzas políticas del centro y la derecha, que compiten también de manera frívola e irresponsable en muchos casos, a aumentar más esta lacra. Todo un problema social que debemos combatir.