“CEBANDO” A CHINA

Da la sensación, que los dirigentes europeos, quieren el suicidio de el viejo continente, a tenor de su presencia en China y la sensación de sumisión que transmiten ante el país asiático. China, un país donde no se respetan los derechos humanos más básicos, donde se persiguen a la minorías, donde no hay libertad de culto, donde desparecen personas, sin volverse a saber más de ellas, donde se controla cualquier movimiento, donde no se da explicaciones de las causas del COVID-19; en definitiva, China es uno de los estado totalitarios más peligrosos.

Paradójicamente, recientemente, diferentes lideres europeos, se han trasladado a China como a rendir pleitesía, es el caso del señor Sánchez y ahora el de Macrón y la señora Von der Layen, sus declaraciones para alegrar los oídos de Xi Jimping, son vergonzosas, es increíble que países que se llaman democráticos, tengan tal sumisión a un país tan totalitario.

La China actual, es en parte producto de la codicia de occidente.

En encargo permanente de producción al país asiático, de las más diferentes materias, por el mero hecho de sus precios baratos, no es sólo un insulto a la dignidad de Europa, sino muestra que esta voracidad, acabará empobreciendo a los países del viejo continente y haciéndonos cada vez más dependientes y menos libres.

No es comprensible, que se encarguen barcos mercantes de todo tipo a China en detrimento de los astilleros de la UE, no es comprensible que Airbus, amplié en Asía la producción de aviones.

Mientras, el déficit comercial entre la UE y China, sigue agrandándose y la diferencia entre lo que exporta Europa e importa de China, es de más de 248.900 millones de euros, a favor de China, algo vergonzoso, máxime teniendo en cuenta que se está ”cebando” a un estado totalitario.

Me pregunto, que hacen las fuerzas políticas de la UE, que están traicionando con estas políticas los intereses de sus respectivos países.  

 

LA LÓGÍCA Y LA DEFENSA DE LA VERDAD

Días pasados leía una noticia en la que el CEO de IVECO, una importante firma de vehículos industriales, señalaba que los actuales dirigentes de la UE, quieren convertir a Europa en una especie de Cuba, en cuanto a la existencia de vehículos muy viejos, casi de colección, de seguir con las políticas contrarias a los coches y vehículos de combustión.

La iniciativa de la UE es irrealizable, pero esta causando daños devastadores en la industria de la automoción, por las incertidumbres creadas en el mercado.

Afecta a una industria fundamental en Europa y en especial en España.

No hay litio, no se evita prácticamente contaminación, además de que todo el proceso está basado en falsedades de toda índole, no hay litio para hacer baterías, cargar las baterías supondría colapsos de red y muchos problemas más.

Está medida, sólo crea paro y miseria y coarta gravemente la libertad de movimientos.

Me pregunto, y dado el gran número de puestos de trabajo en riesgo, si no se debieran de hacer grandes movilizaciones e incluso paros a nivel europeo.

Nadie llevaba en su programa de gobierno en Europa, medidas tan descabelladas y perjudiciales, por lo tanto, al no haberse contado con los ciudadanos, estos, están legitimados para oponerse a tales despropósitos.

No entiendo, el “pasotismo” de los sindicatos al respecto, teniendo en cuenta que se juega con el futuro y el pan de miles de puestos de trabajo.

Es imposible más irresponsabilidad, por lo que habrá que pedir a los partidos políticos que se definan en sus propósitos antes de emitir nuestro voto.    

CONOCER LOS PROGRAMAS ELECTORALES

Ante las próximas elecciones generales en el mes de diciembre, los votantes del centro derecha, deberán de preguntar y sobre todo conocer los programas electorales y las promesas de cada partido de este arco.

Al señor Feijoo, le han dicho sus “gurús” que no meta ruido y que no se comprometa a casi nada, ellos creen que como por aquí se dice, la “marea les llevará a al Moncloa”.

No discuto que ello pueda ser así, pero muchos votantes adultos, quieren saber si está por ejemplo de acuerdo con la Agenda 20-30, para tomar una decisión con su voto, si va a derogar la ley de memoria histórica y así con otras leyes actuales aprobadas por el gobierno del señor Sánchez.

Por lo tanto, si el señor Feijoo, quiere pescar peces deberá mojarse, de lo contrario que todo siga igual, hasta el desastre final, porque se acabo aquello del mal menor que ha servido muchas legislaturas, para hacer con los votos lo que les de en gana.

Europa y España, están en un momento crítico y no se puede seguir con las actuales políticas climáticas, y agrícolas, las libertades corren serio peligro, por lo tanto habrá que meditar muy bien el voto y pedir garantías de cumplimiento de lo dicho, aunque parece que el señor Feijoo, no quiere “mojarse”, peor para él y su entorno.

La reciente lección de los finlandeses, poniendo a los defensores de la Agenda 20-30 en la oposición, es una buena muestra de que se pueden cambiar las cosas, otro tanto, puede ocurrir en Holanda donde el partido de los agricultores y productores lácteos, acaba de situarse como la fuerza favorita en las elecciones municipales y lidera las encuestas ante unas elecciones generales.

Por lo tanto es la hora de hablar claro y decir lo que se quiere.      

¿CÓMO QUE NOS PROHIBEN TENER COCHES DE GASOLINA?

 

 

Otro magnifico y oportuno articulo de D. Fernando del Pino Calvo-Sotelo, sobre la prohibición de venta de coches de gasolina a partir de 2.035.

Por su interés reproducimos

 

 

 

 

 

Fernando del Pino Calvo-Sotelo

29 de marzo de 2023

Disfrute de su coche, porque a partir del 2035 lo más probable es que no pueda permitirse uno. En efecto, en nombre del dogma climático, la UE ha prohibido la venta de coches de gasolina o diésel en el 2035 con la salvedad de la carísima gasolina “sintética”, como exigía Alemania.

Y yo me pregunto, ¿quién es la UE para decidir qué tipo de coche podemos tener? ¿Con qué autoridad decide esto y en qué legitimidad se basa? ¿Acaso hemos votado algo tan trascendental? Esta prohibición es una cruzada de límites que pone de manifiesto la deriva autoritaria de la UE (la nueva URSS), institución que apoyamos con convicción partiendo de una idea originalmente buena pero que se ha convertido en un monstruo fuera de control que nos está escamoteando la libertad.

Italia y Alemania, al menos, han presentado una tímida resistencia, pero España (segundo fabricante de coches de Europa) ha callado a pesar de que el sector de la automoción supone el 10% del PIB y el 18% de nuestras exportaciones y emplea a dos millones de trabajadores. Al fanatismo verde de nuestro inepto gobierno se le ha sumado la indolencia de la no-oposición, el medroso silencio de empresarios y sindicatos y la inanidad habitual de los medios de comunicación. La única voz que ha clamado en este desierto que es la sociedad civil española ha sido Repsol, por razones obvias.

El argumento esgrimido para prohibirnos qué tipos de coche podemos comprar ha sido, cómo no, la sempiterna reducción de esa demonizada fuente de vida llamada CO2. Omitiré por el momento los vehículos de combustión basados en la quimérica gasolina “sintética” para centrarme en el coche eléctrico, verdadero tótem de la religión climática.

El coche eléctrico no reduciría el CO2

Contrariamente al mantra, diversos estudios han concluido que una flota automovilística mundial 100% eléctrica reduciría bastante menos del 5% el nivel de CO2 atmosférico. Uno de los motivos es que el transporte por carretera de vehículos privados sólo supone el 10% del total de emisiones mundiales de dióxido de carbono, pero hay más. La fabricación de coches eléctricos produce mucho más CO2 que la de coches de combustión, hasta el extremo de que, antes de salir del concesionario, un coche eléctrico ya ha producido entre un 20 y un 50% más CO2 que un coche diésel o gasolina.

Adicionalmente, la electricidad que consume un coche eléctrico procede en gran medida de energías primarias que emiten CO2 (como las centrales térmicas de combustibles fósiles) o que han emitido CO2 en su fabricación (como las eólicas o fotovoltaicas), por lo que la reducción real de emisiones durante todo el ciclo productivo es mucho menor de lo que la propaganda hace creer. En efecto, el carácter “verde” del vehículo eléctrico depende de que la generación eléctrica provenga de fuentes no emisoras de CO2, algo imposible, pues la intermitencia de las ineficientes “renovables” exige necesariamente sobredimensionar el sistema con redundancias para contar con el respaldo de fuentes de energía tradicionales. Así, un coche eléctrico tendría que circular hoy cerca de 200.000 km para empezar a suponer una reducción de emisiones de CO2 respecto a vehículos diésel o gasolina con igual kilometraje[1].

Por tanto, el coche eléctrico, esa “idea equivocada de la era moderna energética”, como lo describió Vaclav Smil[2], no reducirá el CO2 de forma apreciable, pero es que además posee un número de desventajas estructurales frente al vehículo de combustión interna que ya se pusieron de manifiesto en los albores de la era automovilística a principios del s. XX. Muchas de esas desventajas no dependen de la tecnología sino de las inexorables leyes de la Física, que no obedecen a la voluntad política y hacen de la imposición del coche eléctrico un completo engaño.

Las limitaciones técnicas del coche eléctrico

En primer lugar, necesita enormes cantidades de cobre (cuatro veces más que un coche de gasolina), lo que crearía una presión sobre la capacidad de producción mundial[3] de un mineral que cada vez cuesta más dinero, agua y energía extraer[4]. Por otro lado, resulta muy dudoso que haya en el planeta suficientes reservas de litio y cobalto como para poder equipar una flota automovilística mundial de vehículos eléctricos. El litio presenta graves problemas medioambientales en su producción y desecho, lo que es relevante en baterías cuya vida útil no supera los 6 años, y el cobalto conlleva serios interrogantes éticos, pues su extracción está ligada a la explotación infantil y al abuso de derechos humanos en el Congo[5], donde se concentra el 70% de producción y el 50% de las reservas mundiales en minas fundamentalmente de propiedad china[6].

Al parecer, a la UE sólo le preocupa la dependencia energética si es de Rusia, pero no si se trata de GNL de EEUU o de cobalto chino. Así, mientras China compra petróleo y carbón a Rusia e Indonesia nosotros le compraremos baterías a los chinos.

Olvídense de viajar por carretera

Por tanto, no sólo no podrá haber coches para todos, sino que su precio será prohibitivo para una parte de la población, y aquellos que puedan permitírselo tendrán que olvidarse de ir de vacaciones en él. Efectivamente, su autonomía media ronda los 300 km o menos, dado que la ansiedad de autonomía causada por la imposibilidad de encontrar puntos de carga y de poder recargar en tiempos razonables obligará a ser prudentes sin esperar a estar “en reserva”. Que 50 kg de gasolina permitan recorrer 700 kilómetros (gracias a su densidad energética) mientras que 300-500 kg de batería sólo permitan recorrer la mitad de esa distancia explica que, en libre competencia, los coches eléctricos nunca fueron elegidos por el público.

Por si fuera poco, la recarga de las baterías presenta problemas hoy en día irresolubles. La recarga doméstica dura muchas horas, por lo que, dado que quizá sólo haya un punto de carga por cada 10 plazas de garaje, usted podrá cargar su coche una vez cada diez noches por orden vecinal estricto, más o menos como en los sistemas de racionamiento de los regímenes comunistas. ¿Y cómo lo recargará quien no tenga plaza de garaje? No se sabe, pero millones de coches en nuestro país duermen en la calle.

Si estando de viaje encuentra usted alguna electrolinera le va a ser imposible recargar en un tiempo razonable. Frente a los 3 minutos de repostaje de un coche de gasolina, en un punto de recarga rápida tardará 40 minutos, y unos 15 minutos en los “ultras rápidos” (una hora de espera si hay cuatro coches por delante). Sin embargo, los ultras rápidos se utilizan sólo para promocionar el coche eléctrico y serán una rara excepción. ¿Por qué? Entre otros motivos, porque exigiría un redimensionamiento del sistema eléctrico: imaginen 2-4 puntos de carga en cada una de las casi 12.000 gasolineras que hay en nuestro país a un mínimo de 150 KW de potencia instalada por cada punto.

Además, la recarga ultra rápida podría deteriorar las baterías[7], que en condiciones óptimas tienen una vida útil teórica de sólo 150.000 km dependiendo de la temperatura exterior, del uso de aire acondicionado o velocidad constante y del régimen de recarga: como ocurre con los móviles, si recarga la batería de forma subóptima, la batería durará menos, de este modo que tendrá que elegir entre maximizar la autonomía o la vida útil de su batería, una decisión endiablada.

Finalmente, una migración eléctrica del parque automovilístico aumentaría la demanda de electricidad y exigiría un aumento de la capacidad de generación del sistema que requeriría significativos volúmenes de inversión, hecho agravado por el creciente peso de energías intermitentes e ineficientes como la fotovoltaica, que no genera electricidad de noche, y la eólica, que genera poca electricidad de noche, cuando cae el viento. Recuerden que es precisamente por la noche cuando la mayoría de los coches eléctricos de uso privado estarían recargándose.

Objetivo: acabar con la libertad y la propiedad privada

En definitiva, esta dictatorial prohibición de la UE, ajena por completo a la voluntad popular, impedirá que una parte de la población pueda tener acceso a un coche y que los que puedan hacerlo queden empobrecidos y sin poder viajar. Como a principios del s. XX, el coche privado dejará de estar al alcance de la mayoría para convertirse en un bien de lujo.

Entonces, se preguntarán ustedes, si esta prohibición es un intolerable atentado contra la libertad y un ataque contra la lógica, ¿por qué se toma? Quizá sea sólo una ocurrencia de una burocracia tan arrogante como ignorante que cree que la prohibición incentivará el descubrimiento de mágicas tecnologías, aunque a lo largo de la Historia no haya un solo precedente de ello. O quizá lo hagan simplemente al albur de la ideología, de la corrección política o de la indebida influencia de esos lobbies que corretean por las esquinas más oscuras de Bruselas cuando cae el sol.

Pero existe la posibilidad de que hayan impulsado esta propuesta siendo perfectamente conscientes de sus consecuencias con el objetivo final de prohibir de facto el coche privado, símbolo por antonomasia de la libertad de movimiento y de la propiedad privada. Sería el primer ejemplo del “no tendrás nada y serás feliz” de Davos, el titiritero de la UE, y se ligará a la siniestra iniciativa de las ciudades de 15 minutos, que es lo que se tarda en recorrer un campo de concentración. Si creen que esto es exagerado, vean a qué aspiran los chamanes climáticos de nuestro gobierno:

LA ESCLEROSIS DE EUROPA

Magnifico articulo de Carlos Martínez Gorriarán en el digital VOZPOPULI, sobre la UE y su forma de actuar, que por su interés reproducimos.

 

 

Una reciente encuesta de intención de voto en los Países Bajos prevé la posible e histórica victoria de un partido agrarista que ha abanderado la rebelión holandesa contra las interminables, excesivas y a menudo absurdas intromisiones de la Comisión Europea en la ejemplar agricultura del país de los pólderes, que se inventó a sí mismo ganando terreno al mar y no siguiendo planes y directivas de remotos comités. Toda Europa está llena de gente harta de las reglamentaciones europeas, de campesinos a industriales, que florecen con la exuberante y punzante inutilidad de las zarzas en una primavera lluviosa. La paradójica fe de la Europa liberal en la planificación a la soviética

¿Por qué tiene que reglamentar la UE desde la cría de gallinas a la fabricación de chips, consiguiendo que haya menos de todo? ¿Por qué esa norma de entrometerse, reglamentar, ordenar, planificar lo que funcionaba antes de que la eurocracia pariera un nuevo reglamento paralizante? Es necesario regular y ordenar el mercado, ¿pero por qué hacerlo mediante normas que se han revelado inútiles en multitud de casos, producto de mentes más propias de los Planes Quinquenales Soviéticos que del continente que descubrió las virtudes de la libertad económica, la libre iniciativa y la creatividad espontánea? Si la Revolución Industrial hubiera dependido de normas burocráticas como las que Bruselas emite a toneladas, seguiríamos montados en coches de caballos, aunque llevarían bragas ecofriendly y habría una Directiva de Derechos Equinos vigilada por numerosos comités y observatorios. Tal es el espíritu de parálisis de la iniciativa y corrección política dominante en la eurocracia bruselense.

¿Por qué esa norma de entrometerse, reglamentar, ordenar, planificar lo que funcionaba antes de que la eurocracia pariera un nuevo reglamento paralizante?

Uno de los primeros tropiezos serios del entonces Mercado Común fue intentar imponer los quesos de leche pasteurizada, soliviantando a millones de amantes del queso y provocando un solemne veto francés; también intentaron prohibir la venta de manzanas inferiores a cierto calibre, indignando a los daneses por una suya muy apreciada. Hay muchos ejemplos de patochadas similares: casi acaban con los buitres por la prohibición de abandonar cadáveres de animales en el campo, y los agricultores han perdido la libertad de cultivar o criar lo que quieran. 

La última de esta lógica burocrática invasiva fueron las recientes declaraciones de miembros de la Comisión advirtiendo a las grandes tecnológicas digitales, con cara de astuta satisfacción, de que para trabajar en la UE tendrán que respetar todas y cada una de las lentas e innumerables normas y directivas. Lo que no parece preocupar a la Comisión es que Europa no tenga ni una compañía comparable a Amazon, Google o Microsoft, ni a Twitter, Facebook o Tik-Tok, a pesar de que la computación se inventó en Europa y el primer teléfono móvil exitoso fuera obra de la finesa Nokia. Parecen contentos con ser los primeros del mundo en fabricar normas y regulaciones y con exportar la industria productiva a países menor mojigatos en la materia, porque la exagerada multiplicación normativa encarece y estorba el desarrollo industrial europeo y conseja a los emprendedores tecnológicos probar en Estados Unidos, Japón, Israel e incluso China. Si añadimos el freno del nacionalismo económico de cada país, que sigue tratando de proteger sus empresas decadentes, sin que haya verdaderas empresas europeas, la decadencia económica está servida. Es indispensable, pero la Unión está esclerótica y es pasto de burócratas

Entiéndame, creo que la Unión Europea es absolutamente necesaria. Pero sufre una esclerosis temprana que se manifestó al poco de nacer: excesiva burocracia, duplicación y triplicación de organismos -¿por qué tiene que haber una Comisión Europea y un Consejo de la Unión Europa, que se superponen en funciones y representación?-, escaso control y evaluación de resultados prácticos, demasiada lejanía de los intereses legítimos de las sociedades europeas, y además exceso de narcisismo cultural. Nos basta con imaginarnos los campeones del mundo de la regulación protectora de cualquier entidad real o imaginaria, del medio ambiente a los derechos trans, creyendo que un pasado glorioso como eje del mundo compensa la dependencia actual -¿qué habríamos hecho en Ucrania sin la OTAN y Estados Unidos?- y la tendencia imparable a ser la periferia del nuevo eje mundial del Pacífico que une y enfrenta a China y Estados Unidos.

La Unión Europea es uno de los más admirables inventos de la historia política: ha conseguido en muy poco tiempo vincular estrechamente a países con una larguísima historia de guerras y odios mortales, ponerlos a trabajar no solo en mantener la paz entre ellos, sino en hacer cosas juntos. Lástima que la proliferación de normas, directivas, comités, oficinas y demás parafernalia sea la cosa que mejor sabemos hacer. 

La Unión Europea es uno de los más admirables inventos de la historia política: ha conseguido en muy poco tiempo vincular estrechamente a países con una larguísima historia de guerras y odios mortales

La parte menos luminosa y más mezquina de la Unión Europea surge en las dificultades de ejecución de proyectos de verdadero interés general. Sigue dominando el nacional, y por supuesto el de las naciones dominantes: Alemania y Francia, con problemas internos muy graves. La UE no deja de ser un club de Gobiernos de Estados-nación que luchan por sus propios intereses y con una larga tradición estatista. Al fin y al cabo, la mayoría de españoles, italianos, franceses y alemanes están convencidos de que es mejor que el Estado se ocupe de sus vidas que ocuparse ellos del Estado y trazarle líneas rojas para que no se entrometa en las iniciativas privadas, no favorezca a la clase dirigente endogámica y no paralice la creatividad espontánea de la vida social, sin la cual democracia y libertad económica peligran.

Veamos, por ejemplo, los absurdos fallos de la estrategia de descarbonización energética: se dio por hecho que la transición a una economía electrificada era sencilla, que podía planificarse como si el azar y los cambios de ciclo económico no contaran, ni tampoco las grandes diferencias entre los países (¿cómo puede servir el mismo plan para Grecia y Suecia?). Los deseos quedaban resueltos y garantizados por el papeleo y los discursos Disney

Así, en el caso de la automoción eléctrica hay más voluntarismo y fe ciega en la planificación centralizada que otra cosa. Han bastado la pandemia y la guerra de Ucrania –que pilló totalmente por sorpresa a la UE pese a las advertencias de la OTAN- para que el castillo de naipes amenace desmoronarse. Y lo que es peor, la reacción europea ha sido… ¡Negociar una nueva directiva de prohibición del motor de explosión sin tener asegurado un relevo realista en tecnología (¿eléctrico, hidrógeno, hidrocombustibles, mix?)! Directivas que además ignoran olímpicamente las divergencias crecientes de poder adquisitivo de la gente de unos y otros países, y que de todos modos se han vendido pocos coches eléctricos incluso en los ricos.

Es obvio que la realidad se impondrá, los planes burocráticos e irreales fracasarán y que, como resultado, Europa será más dependiente de las industrias y tecnologías de terceros, especialmente de Estados Unidos una vez iniciada la Guerra Fría con China. Lo malo es que intentarán arreglarlo con más y más directivas negociadas entre gobiernos de naciones cada vez más irrelevantes, y que parecen haber olvidado de qué iba esto de crear una Unión política revolucionaria, vital, imaginativa y realista.

 

 

 

SÍNTOMAS DE TOTALITARISMO

En cualquier país de nuestro entorno, el Ministro del Interior, señor Marlaska, hubiera estado cesado hoy, o hubiera dimitido, después de la contundente sentencia del Tribunal Supremo, contra el cese del Coronel Pérez de los Cobos, obligado a dejar su cargo, hace unos dos años, por cumplir su obligación de mantener el sigilo en una investigación judicial que afectaba al Gobierno.

Me pregunto, que tipo de democracia tenemos, donde el Gobierno, es condenado en los Tribunales, como ocurrió con la declaración ilegal de los confinamientos, privando de libertades y derechos fundamentales y seguir diciendo, que se actuó correctamente; o como ocurre ahora, después del escandaloso cese de Pérez de los Cobos, que veremos si se cumple la sentencia o intenta algún tipo de dilación.

Estamos en un país, en el que los Ministros, que son empleados nuestros, se permiten criticar a personas privadas, como ocurrió con el señor Del Pino de Ferrovial, o ahora ocurre con Ana Obregón.

Particularmente no estoy de acuerdo la utilización de los llamados vientres de alquiler, creo las mujeres no son objetos, son personas y lo mismo ocurre con el nasciturus, pero dicho esto y sin entrar en el fondo de la cuestión, el Gobierno debe respeto a todos los ciudadanos sin exclusión y no es de recibo, que se inmiscuyan en la vida privada de nadie. En realidad, es un signo de totalitarismo muy preocupante y que los demócratas de este país debemos parar, de lo contrario, la deriva será más grande y nuestras libertades se quedarán en un papel.

Señores del Gobierno, por favor, respeten a todas las personas y sus ideas y dedíquense a mejorar la vida de los españoles y no su propio buen vivir.

“TODO ES MENTIRA”

 

9:23 (hace 2 minutos)

   

 

“Todo es mentira”, es el título de un programa de televisión, pero perfectamente se puede adaptar a la vida política española.

Ahora, resulta que hasta los datos del paro son mentira, como ha denunciado la AIREF, es decir, en este país se miente sin consecuencias; también suelen ser mentiras o exageraciones los datos del CIS, y así podíamos seguir.

La mentira se ha adueñado de la vida política, en especial de este Gobierno, que desde luego miente más que habla.

Sin embargo, teniendo responsabilidad los políticos por mentir tanto, la auténtica responsabilidad está en una sociedad inmadura, sin criterio, que acepta la mentira como algo absolutamente normal.

Por lo tanto, con tanta mentira, hemos entrado en un proceso social imaginario, así, aunque no llegamos a fin de mes, escuchamos que la economía va bien, así, cuando vemos que la pequeña tienda de nuestra calle cierra porque no puede mantener los costes, escuchamos que todo va bien, y podíamos continuar.

Lo más curioso de todo, es que debido a que vivimos en un mundo de mentiras y medias verdades, una parte importante de la población, no quiere saber la verdad, porque ello supondría enfrentarse a su responsabilidad y quizá a saber cosas que no les gustan.

Así, que seguimos en el barrizal de la mentira, en el que los más mentirosos y sin escrúpulos tienen siempre ventaja.      

EL EJEMPLO DE ISRAEL

Envidió al pueblo de Israel, por su defensa de la libertad y la democracia. Los intentos del Gobierno de Netanyahu, de romper la separación de poderes y situar al Gobierno incluso por encima de la las sentencias judiciales, ha llevado a un levantamiento nunca conocido de la población e incluso del propio ejercito, donde algunos miembros manifestaron que dejaban el mismo, si se continuaba con la reforma.

El pueblo, como nunca se había visto en Israel, defendiendo la separación de poderes, en definitiva, las garantías democráticas.

Mientras, en España, el Gobierno interfiere con el nombramiento de unos miembros del Tribunal Constitucional a los que con perdón, sólo les falta llevar el carnet del partido en la boca, dada su intensa relación con el Gobierno, por haber, hay hasta un ex Ministro.

La Fiscalía, actuando con un partidismo digno de estudio y por otro lado al acecho del Consejo General del Poder Judicial.

Sin duda, en España, si tuviéramos un sentido de la libertad y de la democracia, tampoco consentiríamos este tipo de actuaciones, pero este país sufre la anestesia de una inmensa mayoría de medios de comunicación cobardes, sufre el control de la televisiones y la falta de valentía de gran parte de la oposición política.

Así, con la ayuda de leyes tóxicas vamos camino de perder nuestro derechos y libertades, mientras, pensamos en seguir cada uno a lo nuestro. Pobre España.    

CONOCER EL PROGRAMA ELECTORAL

Tengo ganas de pode leer en su integridad, el programa electoral del PP para las elecciones generales, que acaban de presentar en Guadalajara, el pasado fin de semana.

Ya se anuncia en el mismo bajadas de algunos impuestos, lo que obviamente es una buen decisión, sin embargo, es necesario conocer que compromisos reales tiene el partido de Núñez Feijoo, con la derogación de manera inmediata, de conseguir gobernar, de leyes tóxicas, como la llamada de Memoria Histórica, las ley del si, las llamadas leyes de genero y otras muchas.

Si no hay un compromiso serio al respecto, muchos ciudadanos se verán defraudados y tomaran otras opciones electorales.

Los políticos cuando presentan un programa electoral, lo llenan de generalidades y muy pocas veces, se “mojan” con promesas concretas, por ello, para recobrar la confianza, de sus electores, haría bien el PP en ser claro, de lo contrario y para más de los mismo, en generalidades, que luego no se cumplen es mejor que no prometa nada.

Así pues, esperamos el conocer en su totalidad el programa electoral, para saber a que atenernos, dado que ya peinamos canas y no estamos para bromas.  

¿NADIE PEDIRÁ PERDÓN?

La sociedad no puede ni debe consentir por más tiempo, que la autoridades europeas y españolas no den una explicación, tras una investigación independiente, que explique las causas del terrible aumento de la mortalidad, curiosamente en los países más vacunados de Europa.

En concreto en España, el pasado año, 2022, se registraron unas 34.000 muertes más, el tercer peor dato desde que hay estadísticas del MoMo.

La mayoría de los medios de comunicación callados, los políticos, no quieren ni oír hablar del asunto y en algún caso dicen cosas absurdas de que puede deberse al calor.

La realidad, es que parece se quiere ocultar la verdad, porque se han hecho tantas cosas absurdas, se han dicho tantas mentiras y exageraciones, que no quieren reconocer por ejemplo, que los confinamientos eran innecesarios, que los tratamientos en algunos casos, fueron erróneos, que se creo un miedo muy negativo para los seres humanos, que se manipulo con mentiras, tales, como que las vacunas evitaban el contagio, que se ocultó que el producto inoculado era experimental e insuficientemente probado, que se ha estigmatizado de manera cruel, a aquellos que en uso de su libertad, no quisieron inocularse; en definitiva, que se inventaron relatos hasta ahora nunca conocidos.

¿Nadie pedirá perdón?, ¿Nadie tiene que dar explicaciones de nada?.

No se dan cuenta, que el propio silencio, les hace sospechosos de ser cómplices de toda una nefasta gestión, con posibles repercusiones criminales.