Cada vez está más claro que los dirigentes políticos, casi todos, y muchos de sus seguidores, se comportan como “hooligans”, siempre tienen una disculpa a mano para quitar importancia, lo que hace mal su formación, aunque el mal suponga un escándalo.
Te sueltan siempre la misma frase, infantil y propia de “forofos”, recordando un caso de la otra formación, aunque este haya sucedido hace décadas, la cuestión es no admitir, que todos somos mortales y en todas las organizaciones políticas hay “ovejas negras”.
Los míos son perfectos, no roban no delinquen, nunca se equivocan, es algo totalmente absurdo; con lo fácil que sería, reconocer el daño hecho, pedir perdón y arrepentimiento sincero.
Es que algunos políticos, viven en una realidad paralela y de tanto mentir , se han creído sus propias incoherencias y mentiras y así es imposible mejorar la sociedad.
Si no se recupera la verdad y la sinceridad, la clase política no tendrá en general, salvo excepciones credibilidad de ningún tipo, y luego se extrañan de ello.
Mentir a sabiendas que se miente, es pura corrupción, porque se engaña a los ciudadanos y se corrompe la democracia, lo triste de todo, es que a los “forofos” políticos, no les importa que sus propios líderes les mientan a la cara, les da igual, han perdido cualquier conciencia y cualquier relación con la verdad.