¿CÓMO ACTUAR ANTE EL FUTURO DE ESPAÑA?

No es, ni será fácil actuar para las personas de bien, que quieren la convivencia y la paz para España en los próximos meses, ante tanta crispación y división, creada principalmente desde el poder, en un acto de gravísima irresponsabilidad. Dividir amistades, dividir familias, por intereses particulares, no puede conducir a nada bueno, no sólo para la propia convivencia, sino para el país.

El proceso “macabro”, de la mentira, que viene de lejos, ha sido junto con la ambición de poder a cualquier precio, el principal combustible de este proceso.

Por otro lado, durante muchos años, se ha mirado hacía otro lado, cada vez que se procedía, a nombramientos inverosímiles de personajes, sin un mínimo siquiera de apariencia de neutralidad, para cargos como la Fiscalía del Estado, el Tribunal Constitucional y para otros estamentos.

Una gran parte de medios de comunicación de todas las tendencias y toda clase política, han asistido impertérritos, a todo un proceso de perdida de calidad democrática.

La vulneración de derechos fundamentales, en los estados de alarma, debieran de haber traído consecuencias en forma de dimisiones y sin embargo, nadie asumió ninguna responsabilidad, y se trato de ocultar la gravedad de que un Estado democrático, vulnere derechos fundamentales.

Poco a poco, la democracia se ha ido desangrando, también por que se han visto las costuras de un texto, bien intencionado, pero como vemos ahora, con graves carencias.

¿Qué hacemos ahora?. El Gobierno, tratará que olvidemos todo y contará con la ayuda de gran parte de los medios y la oposición será dividida y el “ego” de los partidos de la oposición acabará por dejarnos huérfanos; me gustaría equivocarme rotundamente, pero en general, estamos rodeados de profesionales de la política, cobardes en su inmensa mayoría y dar la cara, enfrentarse ante una situación tan grave, no está en su ADN, aunque repito, me gustaría equivocarme.

Los ciudadanos, desde la búsqueda del bien, tenemos que seguir dando “la cara”, con buenas razones de forma rotunda, pero llenos de paz y con la mano tendida, sabiendo que tenemos razón, que la mentira no puede ser el código de conducta de una sociedad habitable.

Los creyentes, debemos de ser fermento de reconciliación y verdad.