COMO VENCER LA CULTURA DEL MIEDO

Extraordinario artículo de D. Fernando del Pino -Calvo Sotelo, que por su interés reproducimos en su totalidad.

Fernando del Pino Calvo-Sotelo

28 de noviembre de 2022

Vivimos en una sociedad atrapada por el miedo, y ese miedo nos está arrebatando nuestra libertad y nos está impidiendo vivir, porque vivir esclavizado por el miedo no es vivir. El hombre fue creado libre, y no para arrastrar los pies tristemente atado a las herrumbrosas cadenas del miedo.

La sociedad actual es mucho más miedosa que la de nuestros antepasados. Cuando yo era pequeño y montábamos en bicicleta, de vez en cuando nos caíamos y nos hacíamos alguna herida. La culpa no era del exceso de velocidad ni de la impericia del niño, sino de la fuerza de la gravedad. Sin fuerza de gravedad es imposible caerse, ¿verdad? Pero es lo que hay, qué le vamos a hacer. Vivir es arriesgarse. Hoy en día hay niños que van en bici con casco, coderas, rodilleras, guantes (y móvil, naturalmente).

Nuestros padres y abuelos no vivían obsesionados por la salud ni por vivir cien años. Cierto es que nadie les recomendaba excentricidades como beber dos litros de agua al día, pues en aquel entonces no se bebía por obligación sino cuando se tenía sed, un sistema milenario bastante infalible que recomiendo encarecidamente.

Hoy, por el contrario, los medios tienen una sección de “Salud” en la que nos asustan con todo tipo de enfermedades y nos prometen que, si cumplimos con unas normas, seguimos un estilo de vida determinado o la dieta de moda, vamos constantemente al médico y nos atiborramos a medicinas, viviremos eternamente.

El deseo de inmortalidad del hombre moderno

El hombre moderno, controlado por la Cultura del Miedo, vive obsesionado con la eterna juventud fingiendo que la muerte no existe. ¿Han tenido éxito estas ínfulas de inmortalidad?

La respuesta quizá les sorprenda. Naturalmente que la esperanza de vida al nacer ha aumentado mucho, pero no hay que confundir esperanza de vida con longevidad. No es que el ser humano viva mucho más, sino que un número mayor de los que nacen llegan a la vida adulta gracias, sobre todo, a la reducción de la mortalidad infantil.

Platón, en el s. IV a. C, vivió 80 años; san Juan (s. I), cerca de 90; san Alberto Magno, en el s. XIII, 87 y Juan de Mariana, en el s. XVI, 88 años.

De hecho, la esperanza de vida a los 65 años apenas ha aumentado 4 o 5 en el último siglo, lo que significa que un hombre de 65 años que a finales del s. XIX esperaba vivir hasta los 78 ahora puede confiar en vivir hasta los 83[1]. En personas de más de 80 la esperanza de vida apenas ha aumentado en Occidente en los últimos 100 años[2], y esto a pesar de vivir en la sociedad más medicada de la Historia.

¿Necesitamos vivir entre algodones? Una vida de privaciones físicas tampoco parece ser óbice para alcanzar una provecta edad. Diógenes, en el s. IV a.C., caminaba descalzo todo el año, dormía en los pórticos de los templos envuelto en un manto y alcanzó los 90 años. Claro está, lo hizo durante el Período Cálido Romano, cuando la temperatura del planeta era superior a la actual (para desmayo de los cambioclimatistas[3]).

San Antonio Abad, uno de los eremitas del s. III conocidos como los Padres del Desierto, llegó a los 105 de edad de ayuno en ayuno. Y el psicólogo Viktor Frankl, superviviente de Auschwitz, murió con 92, y no fue una excepción, pues los supervivientes de los campos de concentración han sido estadísticamente longevos[4].

El miedo a todo

Pero ¿qué es el miedo? El miedo es la ansiedad anticipatoria de un daño, real o imaginario. Cuando el miedo anticipa un daño real evitable nos protege, pues podemos prevenirlo. Sin embargo, cuando nos anticipa un daño inevitable, o un daño evitable, pero lo hace de forma desproporcionada o, peor aún, cuando nos anticipa un daño meramente imaginario, puede resultar funesto.

La Cultura del Miedo[5] exacerba, interioriza y extiende a la vida cotidiana un miedo desproporcionado, creando una sociedad caracterizada por la búsqueda compulsiva de una seguridad inalcanzable que idealiza una fantasía: que es posible vivir con riesgo cero.

Así, la Cultura del Miedo nos ofrece la manzana envenenada de una falsa promesa de seguridad a cambio de nuestra libertad y lo hace bajo dos premisas. La primera es que todo es peligroso; la segunda es que todo peligro puede ser evitado si obedecemos determinadas normas ordenadas por el Poder, sea político, científico o médico, que nos protegerá de todo mal.

La divinización de la seguridad no deja ser otra idolatría y, como buen ídolo, no es fiel a sus promesas. Efectivamente, la seguridad es elusiva por inexistente.

El miedo al covid, al cambio climático o a la guerra nuclear son sólo ejemplos concretos. Los principales temores con los que nos asusta la Cultura del Miedo son el miedo a la falta de amor, a la soledad, a la enfermedad, a la ancianidad y a la muerte, a la crítica, a la pobreza, y, de forma muy significativa, a la libertad. En definitiva, la Cultura del Miedo nos propone que tengamos miedo a la vida.

Las trampas de la Cultura del Miedo

Lo siniestro es que esta cultura del temor constante no desea solucionar estos miedos, sino hacerlos crónicos. Así, frente al miedo a la pobreza nos propone más Estado, menos libertad y menos propiedad privada, exactamente aquello que aumenta la pobreza.

Frente al miedo a la crítica propone las redes sociales, donde se fomenta precisamente el miedo a no ser aceptado y se censura o lincha a quien no comulga con las ruedas de molino del pensamiento único.

Frente al miedo a la falta de amor y a la soledad propone la destrucción de la familia mediante el divorcio exprés, el aborto y la perversa ideología de género.

Frente al miedo a la enfermedad propone la hiper medicación que conduce a la hipocondría, o los aberrantes confinamientos de personas sanas, el aislamiento social, la farsa de las mascarillas o la vacunación coercitiva con terapias genéticas ineficaces y peligrosas.

Frente al miedo a la ancianidad, propone la eutanasia; y frente al miedo a la muerte, la desesperanza. Hay algo oscuro en todo esto, ¿verdad?

Por último, la Cultura del Miedo, y los yonquis del poder que la promueven, desean fervientemente que tengamos miedo a la libertad, pues libertad implica responsabilidad.

Simultáneamente crean el miedo a lo que ellos llaman “perder la libertad”, pero se trata de un sucedáneo. Por ejemplo, nos proponen que no nos comprometamos de por vida con nuestro cónyuge y que no luchemos por nuestro matrimonio (divórciate y recobra “tu libertad”).

O que no tengamos ese maravilloso hijo que nos atará de por vida con los lazos del amor, sino que lo destruyamos en el vientre de su madre (aborta y recobra “tu libertad”). O que no intentemos, en fin, vencer nuestras pasiones y luchar por obrar bien: “libérate”, hombre, y haz lo que te dé la gana. Esto sólo conduce a la infelicidad y a la esclavitud, pues en vez de elevar al ser humano lo animaliza. Como decía Séneca, “en la virtud radica la dicha verdadera[6]”.

Para los cristianos la historia del miedo está ligada al pecado original, pues la primera vez que aparece el miedo en el Génesis fue después de que Adán comiera del fruto prohibido. De modo significativo, por tanto, el temor y el mal aparecen unidos. En el Nuevo Testamento, por el contrario, la Buena Noticia comienza con el “no temas” del ángel a la Virgen María, y una de las frases más recurrentes de Jesucristo es “no tengáis miedo”.

El miedo también nos paraliza impidiendo que desarrollemos nuestros talentos y demos fruto, no en balde en la parábola de los talentos el motivo que esgrime el siervo para no haberlo hecho fructificar es que sintió miedo (Mt 15, 14-30).

El miedo como instrumento del Poder

¿De dónde proviene la Cultura del Miedo? ¿Es éste un fenómeno espontáneo o responde a factores inducidos? El miedo es consustancial al ser humano, pero existen elementos exógenos interesados en exacerbarlo.

Sin duda, el elemento exógeno más importante es la ofensiva del nuevo totalitarismo, que utiliza el miedo para controlarnos. En efecto, el poder no quiere individuos pensantes que dominen sus temores, sino clones obedientes y asustados, al igual que no desean individuos libres, sino hombres-masa dependientes y controlables.

La libertad, don fundamental de Dios al hombre, siempre está amenazada por el poder. Así, poder y libertad son un juego de suma cero: si aumenta uno, necesariamente tiene que disminuir el otro.

Decía Ralph Waldo Emerson que el antídoto contra el miedo es el conocimiento, y es cierto, pero el conocimiento exige pensar, y Occidente vive hoy un declive de la razón. Cuando hace muchos años preguntaron al Premio Nobel Albert Schweitzer qué le ocurría al hombre moderno, respondió: “El hombre de hoy simplemente no piensa”.

Si pensar es al antídoto del miedo y el miedo es el instrumento de los yonquis del poder para controlarnos, éstos procurarán que no pensemos y que nos limitemos a repetir como papagayos la última noticia o el menú ideológico del día.

Dicho sea de paso, el miedo no es el único instrumento que los yonquis del poder utilizan para dominarnos. Conscientes de que el vicio esclaviza y la virtud libera, fomentan el vicio en vez de la virtud, y, como la serpiente del Génesis, lo presentan de modo que sea “atrayente a los ojos y deseable”.

Raro es que un político proponga a los votantes sacrificio, generosidad, esfuerzo, responsabilidad, altruismo, fidelidad, cumplir con la palabra dada, veracidad o respeto a quien opina diferente. Más bien les enseñará a temer (y, por tanto, a detestar) al adversario político, denominará “solidaridad” a la envidia, a la codicia de los bienes ajenos y a fantasías como vivir sin trabajar (o sea, del trabajo de otros) y “derechos” a evitar toda obligación y toda responsabilidad, incluso hacia nuestro cónyuge e hijos.

Las astutas tácticas de la Cultura del Miedo

Los yonquis del poder utilizan el miedo como táctica de control: primero crean un miedo, real o ficticio, que pronto se transforma en ira; luego señalan un culpable, real o inventado, hacia el que dirigir dicha ira; y finalmente se postulan como salvadores si les entregamos nuestra libertad. Así, el miedo acaba conduciendo a la servidumbre.

El caso del covid es revelador: primero crearon el pánico; luego buscaron un chivo expiatorio: los jóvenes, estigmatizados por su comportamiento supuestamente irresponsable, y más tarde los no vacunados, a los que condenaron a un vergonzoso apartheid; y finalmente se postularon como salvadores si les obedecíamos sin rechistar renunciando a nuestra libertad con los confinamientos, mascarillas, “vacunas” y demás tomaduras de pelo.

Pero el miedo también funciona como arma para doblegar voluntades de forma más directa mediante la presión de grupo. El hombre, animal social y gregario, teme el aislamiento, y por tanto es vulnerable a la amenaza de ser estigmatizado y condenado al ostracismo si se atreve a ir contracorriente.

Dios nos creó individuos, únicos e irrepetibles. Los yonquis del poder buscan destruir esa individualidad para transformarnos en dóciles e indistinguibles autómatas.

Un instrumento muy útil para lograrlo son las redes sociales, diseñadas para diluir la individualidad en una masa informe cuyos individuos sean esclavos de su “popularidad” y, por tanto, fácilmente controlables por quien decide lo que es popular. Para eso inventaron los likes, utilizando no sólo el miedo a quedarnos solos, sino nuestra tendencia a construir nuestra opinión sobre nosotros mismos en función del aplauso ajeno, craso y frecuente error.

Al miedo a la presión de grupo se suele unir el abuso del principio de autoridad, que antaño era política, militar o religiosa. Hoy los yonquis del poder han decidido manipular la Ciencia (con mayúscula) para convertirla en la nueva Autoridad, en un nuevo dios, y a los científicos en los nuevos sumos sacerdotes, siervos útiles del poder. Lo dice “la Ciencia”, así que no discutan: obedezcan.

Todo esto está inventado desde hace milenios y los estudiantes de siglos anteriores, más inteligentes que los de hoy (pues carecían de móviles), lo estudiaban en cualquier curso de lógica antes de cumplir los 16.

Se trata de la falacia ad verecundiam, que defiende algo únicamente porque alguien considerado una autoridad lo ha afirmado, la falacia ad hominem, que en lugar de proponer argumentos desacredita a la persona que defiende la postura contraria, y la falacia ad populum, que defiende que algo es verdad sólo porque así lo opina una mayoría o la “opinión pública”.

Durante el covid, las medidas “científicas” más absurdas, las mentiras más descabelladas y las creencias supersticiosas repetidas ad nauseam por los yonquis del poder y sus portavoces mediáticos no han sido más que una sucesión de falacias. En el siguiente artículo recordaré a qué extremo llegamos y propondré cómo combatir la Cultura del Miedo en la que se ha basado la locura que hemos vivido, pues no podemos permitir que se repita.

 

NO LO OLVIDEMOS NUNCA

Los confinamientos que se vivieron en muchos países durante la pandemia del COVID, no sólo fueron ilegales, como en España dicto el Tribunal Constitucional, sino que fueron una aberración científica, una acto, de graves consecuencias que todavía estamos pagando en nuestra salud, en forma de depresiones, aumento del número de suicidios y las gravísimas consecuencias de parar la economía que ha empobrecido y endeudado a los países hasta límites nunca vistos.

Por todo ello, los dirigentes de medio mundo debieran pedir perdón y ser sometidos a los tribunales de justicia, así como a la propia OMS, responsable de recomendar medidas que precisamente la declaración de científicos de Great Barringthon desaconsejo de forma concluyente, y se elimino su conocimiento a la población en los grandes medios, en un acto incalificable de censura.

Ahora, los mismo medios de comunicación y periodistas que no han pedido perdón de nada y de sus grandes responsabilidades, se rasgan las vestiduras comentando,, la tragedia social que viven los chinos, las revueltas y el aumento brutal de suicidios.

Ahora, quieren olvidarse de lo que dijeron del Covid cero, pidiéndolo para España, pidiendo inclusive la persecución de los no vacunados, algo que vulnera los derechos humanos.

Ahora, no responden de nada, ni del aumento de muertes en medio mundo, ni de su mentiras y persecuciones a cualquier disidencia comportándose totalitariamente.

Lo de China, no me extraña, lo que ocurrió en Europa, que presumía ser la cuna de las libertades me pareció un mal sueño y un intento de control totalitario. No lo olvidemos nunca.

EL RÉGIMEN COMUNISTA CHINO SE RESQUEBRAJA

El régimen chino se resquebraja, los habitantes de ese país, piden la caída del régimen opresor comunista y la locura del Covid cero que lleva a muchas personas al suicidio y a la mayoría, a salir a la calle en contra de sus gobernantes, cosa casi nunca vista en China anteriormente.

Habrá muertes, sufrimiento, dolor, frustración y la comunidad internacional seguirá mirando hacia otro lado, en un acto más de desvergüenza y cinismo colectivo.

Se puede estar sembrando en China la semilla de la libertad, aunque el poderoso y omnipresente aparato comunista, tratará por todos los medios de sofocar las ganas de libertad y la vuelta a la normalidad.

Mientras, aquí en España, tenemos un gobierno que no dirá ni una sola palabra condenando la grave vulneración de derechos humano en China, como el resto de Europa, actuando como si fueran “mequetrefes”, sin criterio, ética y moral alguna, aunque “engolen” su voz, hablando de derechos humanos, que son los primeros en no respetar, como hicieron durante la pandemia, dividiendo con sus medias verdades o mentiras a la población.

La comunidad internacional, debiera exigir a China, el respeto a las libertades y a los derechos humanos y no realizar compra alguna de ningún producto mientras no se respeten los mismos.

Pero no, inclinaran la cabeza, callaran y no dirán nada, porque su cobardía se lo impide.

MALOS TIEMPOS PARA LA MODERACIÓN

Entre otras, alguna de la acepciones de la palabra “moderación” son cordura, sensatez, templanza.

No son ni mucho menos buenos tiempos para la moderación, cuando precisamente más la necesitamos los españoles.

La moderación, en modo alguno debe de confundirse con dejadez en los criterios, sino más bien como una forma de buscar siempre algo bueno en los demás, sobre todo en sus ideas.

Sin embargo, a veces, se confunde la moderación con la debilidad y no debiera de ser así.

No son buenos tiempos para ser moderado, porque siempre hay grupos y personas, dispuestos a pisar los derechos de los demás, de creerse superiores, lo que hace que como seres humanos, utilicemos un mecanismo de autodefensa, que nos lleva a la reacción, entrando inmediatamente en la acción-reacción.

Los creyentes, debemos pedir al Señor, tener la capacidad de aguante, como la han tenido tantos mártires, pero hay que reconocer que es una gracia especial y como tal no está siempre nos está a nuestra altura.

En España, la política, por culpa de grupos con ideas totalitarias, están creando un estado, en los que para una parte de sociedad, empieza a ser un esfuerzo grande y difícil la convivencia.

Cuando se pisotean, valores religiosos costumbres centenarias, instituciones como la familia, cuando se intenta en inmiscuirse en el pensamiento propio, llegando a la estupidez de dictar lo que tenemos que pensar sobre la historia, es realmente difícil ser moderado, sin embargo, necesitamos ser moderados, aunque nos lo pongan extremadamente difícil.

Este humilde contador de ideas, también le gustaría ser siempre, siempre moderado y transmisor de la verdad sin exageraciones, pero muchas veces, el corazón se encuentra impactado por emociones causadas por la violación de valores que considero fundamentales, por mentiras que destrozan personas y conocimientos e injusticias y divisiones. Me gustaría tener un manual para actuar con cordura, sensatez y templanza, significado de moderación.      

El poema de Santa Teresa de Ávila, sin duda, es en esos momentos un buen bálsamo: “Nada te turbe, nada te espante todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quién a Dios tiene nada le falta, sólo Dios basta”.

 

PRISA, INDRA Y LAS CASUALIDADES

La entrada de Joseph Oughourlian en el capital de INDRA, una empresa fundamental en el desarrollo de tecnologías avanzadas en diferentes campos, parece un paradigma de las casualidades, algunas, muy curiosas, tanto que parecen imposibles.

El señor Ouhhourlian es también el presidente del Grupo Prisa y un accionista importante, después de su inversión del pasado verano en el grupo mediático.

Casualidades o no, resulta que parece ser que el grupo Prisa se encuentra en una situación de liquidez muy complicada y que según diferentes medios económicos, debe de realizar con urgencia una ampliación de capital, para no entrar en causa de disolución.

El señor Oughourlian, y personas muy cercanas al Gobierno parecen estar llamado a diferentes puertas, para que acudan en socorro del grupo de comunicación, pero parece que por el momento con resultado incierto, en una situación apremiante.

Al mismo tiempo, otra casualidad: el señor Oughourlian, realiza unas declaraciones indicando que estaría bien dividir en dos Indra y así maximizar su valor, que curioso, al momento, subieron las acciones de Indra un tres por ciento.

Cada uno puede pensar lo que quiera, pero son muchas casualidades.

Así se juega con los intereses de miles de accionistas y sus ahorros.

Mientras, el grupo mediático, sigue buscando socios que pongan otro “parche” para seguir tirando. Cualquiera diría que estamos en una economía de mercado.  

CARLOS GARCÍA ADANERO, UN DIPUTADO VALIENTE

No sólo por su intervención de ayer en el congreso, sino por todas las que tiene habitualmente, el diputado que fue de UPN y ahora está fuera de su partido por no someterse a enjuagues “políticos”, me refiero a Carlos García Adanero, diputado navarro, gran orador y que ayer puso contra las cuerdas a la bancada socialista ante su pacto con Bildu, para que la Agrupación de Tráfico de Navarra, abandone su labor en la carreteras de la Comunidad Foral.
La intervención de García Adanero, estuvo llena de emoción y de verdades como “puños”, mientras que la cara del Ministro de la Presidencia, era todo “un poema”.
En política no debiera de valer todo, pero parece, que para el señor Sánchez y aquellos que le apoyan el fin siempre justifica los medios y así actúan.
Pendientes de la votación de este jueves 24 de noviembre en el Congreso, en el que se recogerá la fotografía de la traición y de los acompañantes que voten en la misma dirección, que son también responsables.
El tiempo, que es juez inexorable, pone las cosas en su sitio y algunos no podrán mirarse al espejo diariamente por su cobardía y maldad.
Tanta desvergüenza no debiera quedar sin castigo, espero que algún día ese castigo recaiga duramente sobre aquellos que son capaces de traicionar cualquier cosa por poder.

EL «BLACK FRIDAY» DEL SEÑOR SÁNCHEZ

España tal y como la conocemos está en liquidación.

Recogen los diferentes medios de comunicación, que Sánchez pacta con Bildu el que la Guardia Civil de Tráfico abandone Navarra, por otro lado, se facilitan transferencias en materia de ferrocarriles al País Vasco, se aprueba un nuevo Concierto Económico, del que por supuesto se beneficia al Gobierno del País Vasco y podíamos seguir así con Cataluña.

Esto se parece al “Black Friday” el señor Sánchez, quiere estar unos meses más en la Moncloa y además está convencido de que a los nacionalistas se les calma, dándoles todo lo que pidan, lo que como la historia nos dice, es un error, nunca se sacian, pareciéndose al hijo mal educado y gastador que con nada se conforma.

Compra tiempo para unos meses y carga un problema para los españoles en general y para el próximo Gobierno en particular, que en caso de no seguir atendiendo las continuas demandas nacionalistas, será “facha” y se encontrará con situaciones ingobernables.

Conocemos la historia, pero esta deriva, hay que pararla y sólo se puede hacer con leyes, mucha valentía y teniendo mucha paciencia para aguantar lo que habrá que aguantar, mientras los causantes de todo ello se dediquen a dar conferencias y a criticar todo lo que se haga.

Cuando fue elegido el señor Sánchez, me dijo un buen socialista: “la que nos espera”. Tenia buena información y referencias directas, en verdad no se equivoco en nada.    

INSTALADOS EN LA «LOCURA»

Se puede hablar de locura, también de incompetencia máxima y por supuesto de maldad.

El Pleno del CGPJ, debatirá el jueves, la propuesta de informe del anteproyecto de Ley de modificación del Código Penal en materia de maltrato animal.

El informe según recoge el digital EL ESPAÑOL del que ha sido ponente la vocal Rose Bach, avisa de que entre otros aspectos , el cambio puede suponer que se castigue más que un hombre maltrate a un perro que a su pareja.

Según informa el CGPJ, la reforma penal en materia de maltrato animal puede afectar al principio de proporcionalidad de las sanciones.

Con la futura ley de maltrato animal, se pena de entre tres a 18 meses de cárcel pegar a un perro y entre seis meses a un año de cárcel, si se agrede a una mujer, en ambos casos sin que hay lesiones graves.

Estamos ante una muestra más de desintegración moral, ética y de vergüenza de este Gobierno, que cada día parece hacer más esfuerzos, para dividir crispar fastidiar a los españoles de bien.

Todo ello ya no es cuestión solamente política, sino va mucho más allá y es una muestra de descomposición social y de intento de crear una sociedad distopica y enloquecida.

Me pregunto si estos dirigentes, viven en la realidad o proceden de algún planeta extraño.

 

LOS DATOS PROCEDENTES DEL POLO SUR DESTROZAN EL RELATO DEL CALENTAMIENTO GLOBAL

Como dando contestación a tanta estupidez humana y a tanta manipulación interesada con el llamado cambio climático y a la reciente y costosa Cumbre del Clima, resulta que el Polo Sur, según datos oficiales acaba de pasar el invierno más frio desde que se tienen datos.

Según diferentes medios internacionales, entre los meses de abril a septiembre, el observatorio de investigación situado en el altiplano de la Antártida, registró un nuevo record al marcar una temperatura media de 61 grados bajo cero.

Este registro es el más bajo desde que se comenzó hace 67 años a realizar mediciones y se ha quedado unos 2,5 grados y medio por debajo del promedio en 30 años.

El record anterior, de bajas temperaturas se registro en 1.976 con 60,6 grados bajo cero.

Aunque los datos sean claros y la evidencias también, de que la actividad de la atmosfera tiene sus ciclos y los cambios existen desde que el mundo es mundo, los intereses de unos pocos, pero poderosos, seguirán mintiendo una y mil veces, para mantener su mensaje de medio y culpa a los seres humanos, cuando la influencia del hombre sobre el clima es prácticamente marginal.

El relato queda destrozado, pero ellos seguirán con su martilleo, con la brillante colaboración mediática.

EL ALARMISMO CLIMÁTICO NO SE SOSTIENE

Después del fracaso de la reunión de la cumbre sobre el clima de Egipto, es necesario denunciar y poner en su sitio tanta falacia y tanta mentira.

Señores que se reúnen en medio de un desierto y movilizan cientos de Jets en los aeropuertos cercanos y pagan cantidades vergonzosas por sus suites de hotel a cargo del maltrecho erario público de su respectivos países.

Steve Koonin, ex subsecretario de Ciencia del Departamento de Energía de Estados Unidos, bajo el mandato de Obama, reputado físico, con más de doscientos trabajos, sobre el clima, ha dicho en uno de los últimos trabajos, según recoge D Fernando del Pino-Calvo Sotelo en su BLOG, la importancia de la integridad en materia científica y su consternación al ver como se está engañando a las personas y como la continua repetición de falacias sobre el clima, se acaban convirtiendo en verdades admitidas.

En su último trabajo, por el que recibió la felicitación del Premio Nobel de Física, Robert Laughlin, dice que esta claro que se está tergiversando los informes de lo que dice realmente la ciencia sobre el clima y las catástrofes.

La ciencia necesita datos que sean fiables y las observaciones existentes en la actualidad son muy limitadas en el tiempo si entramos en relación, con la antigüedad de nuestro planeta.

Sin embargo, se puede decir que las observaciones realizadas desde hace más de un siglo indican que la mayoría de los fenómenos meteorológicos, extremos, no muestran ningún cambio significativo y en algún caso, como sucede en Estados Unidos, se producen menos diferencias extremas en materia de temperaturas y los huracanes y tornados no muestran ningún cambio climático atribuible a la acción humana.

Hay que recordar que la influencia humana, sobre el clima no supera el uno por ciento de la energía que fluye por la atmosfera.

En realidad, estamos ante un proceso iniciado hace unas tres décadas de intentar condicionar la acción humana y el propio desarrollo por parte élites interesadas en el control social y en otros posibles intereses oscuros.

Cuidar el planeta, es responsabilidad de todos, pero el alarmismo climático, no se sostiene, porque el hombre no es decisivo en absoluto en el cambio del clima, como quieren hacer creer.      

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