Se presenta un otoño muy difícil desde el punto de vista político y económico en España.
Una sociedad “atolondrada”, políticos, ocultando la verdad y unos medios de comunicación incapaces de poner en el centro de la actualidad las cuestiones realmente importantes.
Por otro lado, la “locura” del nacionalismo catalán y la falta de medidas de carácter económico que aumenten la confianza de los inversores, hace que se pueda producir la tormenta perfecta.
Una nación, que tiene su deuda publica en el 99 por ciento del PIB, con un crecimiento en profunda desaceleración, el anuncio de reducción de empleo en muchas empresas, que producirá así mismo un aumento de los gastos del Estado, es un país, con riesgos que pueden a medio plazo ser inasumibles, de hecho, la inversión extranjera sigue en caída libre.
En definitiva un otoño y un invierno en el que veremos como la mentira y el engaño seguirá en aumento, para así tapar tanto desaguisado e incompetencia.