Al dictador Nicolás Maduro, no se le ha ocurrido otra cosa, que proponer huertos escolares con gallineros, para así poder mejorar la alimentación de los escolares.
Es una muestra de la estupidez humana, perfectamente representada por este personaje pernicioso para la sociedad venezolana y para el mundo.
Mientras, la oligarquía del régimen de Maduro trata de “blanquear” cientos de millones de dólares en diferentes países, provenientes de comisiones y de operaciones ilícitas, gran parte del pueblo de Venezuela, pasa necesidades y abandona el país por miles.
Al mismo tiempo, este personaje toma decisiones “esperpénticas”, como la que señalamos, de crear huertos y gallineros en las escuelas para mejorar la alimentación, todo un insulto al sentido común y a la dignidad de las personas.
Mientras, los autollamados progresistas no dicen nada y callan, ante la faz del comunismo como vemos de forma constante en Venezuela y en otros países.
Todo ello ocurre, en uno de los países con más reservas de petróleo del mundo y con una gran riqueza minera. Todo un escandalo y una indecencia comunista.