SOCIEDAD LLENA DE CONTRADICCIONES

Vivimos en una sociedad que muchas veces es difícil de entender, llena de contradicciones.

Resulta, que se extiende el movimiento contra la España Vaciada, cuestión importante sin duda, pero al mismo tiempo las tasas de natalidad de España, son de las más bajas de Europa.

Los jóvenes que quieren oportunidades y deben por supuesto tenerlas, pero son los que emigran a las ciudades y en su mayoría no quieren seguir en el campo, a pesar de la mecanización y de los medios de producción que ahora existen infinitamente mejores que los que tuvieron sus padres y abuelos.

Por lo tanto, es necesario atender a las provincias despobladas, pero los ciudadanos deberán colaborar y parece que no se esta en ello.

Otro ejemplo son las Organizaciones Ecologistas, llenas de demagogia e incoherencia.

El clima ha cambiado desde que la tierra existe, otra cuestión, es que se deba de concienciar a la sociedad en la protección del medio ambiente y todo lo que se haga sea poco.

Pero la incoherencia es en este campo también es muy grande, no se protesta en algunos de los países que son los que más contaminan, como China, India y Rusia, pero se protesta en Europa, donde la concienciación por el mantenimiento del medio ambiente es muy superior, lo que demuestra la cobardía de estas organizaciones a las que nunca se las vera protestar en las contaminadas ciudades de China.

 

 

 

LA INDECENCIA DE NICOLÁS MADURO

Al dictador Nicolás Maduro, no se le ha ocurrido otra cosa, que proponer huertos escolares con gallineros, para así poder mejorar la alimentación de los escolares.

Es una muestra de la estupidez humana, perfectamente representada por este personaje pernicioso para la sociedad venezolana y para el mundo.

Mientras, la oligarquía del régimen de Maduro trata de “blanquear” cientos de millones de dólares en diferentes países, provenientes de comisiones y de operaciones ilícitas, gran parte del pueblo de Venezuela, pasa necesidades y abandona el país por miles.

Al mismo tiempo, este personaje toma decisiones “esperpénticas”, como la que señalamos, de crear huertos y gallineros en las escuelas para mejorar la alimentación, todo un insulto al sentido común y a la dignidad de las personas.

Mientras, los autollamados progresistas no dicen nada y callan, ante la faz del comunismo como vemos de forma constante en Venezuela y en otros países.

Todo ello ocurre, en uno de los países con más reservas de petróleo del mundo y con una gran riqueza minera. Todo un escandalo y una indecencia comunista.

 

CANTABRIA Y SU DECLIVE INDUSTRIAL

Cantabria, vive en medio de cierto atolondramiento colectivo, propiciado por la autocomplacencia en nuestro paisaje y de nuestra calidad de vida, mientras el tejido industrial, se esta deshaciendo en medio de la desidia y la falta de ideas.

El sentimentalismo, los falsos mitos e incluso falsas banderas que nunca existieron, son como la droga blanda, que calma toda ilusión por mejorar, en muchos aspectos.

El ERTE de 204 trabajadores de la antigua Funditubo, PAM, es un “jarro de agua fría” más, de destrucción del tejido industrial de Cantabria.

No son 204 empleos los que pueden peligrar, si no se encuentra comprador, sino muchos más en el sector del transporte y la logística y empresas auxiliares.

Podemos dar un repaso a la situación de otras grandes empresas como Sniace, las incertidumbres sobre Solvay, sino se avanza en nuevos proyectos de transición energética, la situación de la antigua Candemat también en una profunda crisis, en concurso de acreedores, otro tanto con Fundionorte, antigua Greyco, también en práctica desaparición y así sucesivamente, el tejido industrial va desmoronándose en medio de la apatía general, de una sociedad envejecida y que puede quedar exclusivamente a merced del sector servicios, sobre todo el turismo.

Nuestra Administración Regional, no tiene recursos suficientes para hacer un ambicioso proyecto de reindustrialización, ni por el momento somos suficientemente competitivos, para traer nuevos proyectos que pueden suplir a otros que desaparecen.

Cantabria no es sólo folklore, paisajes, o gastronomía; Cantabria, también son nuestros jóvenes, que se tienen que ir a Madrid o a cualquier otra ciudad de Europa a trabajar; Cantabria, sobre todo y ante todo son las personas; es el futuro de una sociedad mejor y desde luego con sólo cantar “viento del norte”, que nos gusta no vivimos.

Menos nostalgia y menos simbología y más futuro.