La crisis industrial en Cantabria, es de tan calado, que la mayoría de las grandes empresas se encuentra en regulaciones de empleo y en algunos casos pueden peligrar hasta su supervivencia.
La sociedad de esta región, debe de exigir de forma coherente y sin demagogias de nadie, la unidad de los políticos y de la sociedad civil.
Nuestros gobernantes no pueden mirar hacia otro lado y tratar de tapar con ingeniería informativa lo que esta ocurriendo.
Los dirigentes, deben desde la humildad y la unidad, abordar la grave situación, exigiendo al gobierno central soluciones para bajar el coste energético e inversiones que puedan dinamizar la inversión pública.
No se trata de buscar culpables, ni mucho menos, pero si exigir responsabilidades a nuestro políticos, sobre todo para que envíen un mensaje de austeridad y sensatez, no siendo de recibo, el fuerte incremento de cargos públicos de confianza en esta nueva legislatura, cuando la Comunidad, se encuentra en serias dificultades.
No es un mensaje de confianza precisamente, colocar a más cargos de confianza en la situación actual.
Es hora, que nuestros dirigentes se preocupen de lo importante y dejen lo accesorio y los juegos de “pirotecnia” a través de promesas que luego se quedan casi siempre en nada.
Seguro que si la sociedad percibe sensatez, trabajo y austeridad sabrá valorarlo.