La defensa de la libertad de expresión, el respeto a los demás, son normas básicas en cualquier país democrático serio, pero parece que sigue habiendo excepciones, como la que se ha producido días pasados en el País Vasco, donde la libertad total esta lejos aún de llegar para los que no comparten las ideas totalitarias de algunos.
La pedrada recibida por la diputada de Vox, Rocío de Meer, no tiene justificación alguna, es un ataque muy peligroso a la libertad y demuestra que todavía queda mucho que hacer en el País Vasco, para que llegue la normalidad de poder expresar con respeto las ideas de cada uno.
Es también grave que haya habido políticos que se sientan en el Congreso de los Diputados, que hayan puesto en duda la propia agresión e incluso, se hayan permitido hacer “bromas” al respecto, lo que deja claro su carácter totalitario y que no les hace dignos de representar a los ciudadanos.
Otros, de forma más suave, han querido justificar también de algún modo la agresión, señalando que algunos van a provocar al País Vasco, como si este no fuera territorio español con libertades y derechos.
La verdad es que el veneno del terrorismo, ha dejado secuelas demasiado afianzadas en algunos grupos de esa Comunidad.
Mientras, otros siguen con la táctica que parecen no haber olvidado: “Unos mueven el árbol y otro recogen las nueces”.