El futuro de nuestro hijos, de nuestros nietos, esta siendo seriamente amenazado por los actuales dirigentes políticos y por parte de todos aquellos que aumenten sin necesidad vital, la deuda pública.
España, esta viviendo del endeudamiento permanente y si bien en estos momentos hay demandas que se pueden considerar básicas, si se pueden suprimir gastos innecesarios.
Partir de un presupuesto cero y analizar partida por partida del mismo con seguridad, permitiría un ahorro muy importante a las arcas del Estado y poder empezar a reducir la deuda pública ya gigantesca con 110 por ciento del PIB.
A final de año puede ser mucho más.
El Tribunal de Cuentas ha detectado 120.000 millones de euros en subvenciones de diferentes tipos en diferentes administraciones, con la mitad nuestro país tendría mucho más margen de maniobra y en futuro se podría ir rebajando la deuda pública que amenaza el colapso de nuestras cuentas.
Si los Ayuntamientos, fueron capaces de controlar el gasto, también debe de hacerlo el resto de las administraciones públicas.
Los gobernantes, deben de tener la valentía de decir la verdad a la sociedad e informar que estamos viviendo de prestado y que no podemos seguir así indefinidamente.
También, es necesario poner “a toda máquina” el aparato productivo y abrir los sectores de ocio y hostelería, para lograr sus supervivencia y para poder recaudar impuestos.
Si otros países del norte de Europa lo han hecho posible, nosotros también debemos y podemos.