Tengo el máximo respeto hacia los familiares de los muertos por el virus chino y por supuesto por los fallecidos y los médicos y profesionales que han dado su vida por salvarles y siguen trabajando en los hospitales.
Por lo tanto, creo que ese respeto se le debemos para siempre y ese respeto debe de ir aparejado al mantener las normas higiénicas y de protección, no sólo por nosotros mismos, sino por los demás.
Tengamos precauciones al máximo, sin ningún tipo de dudas.
Pero dicho lo anterior, tengo cada vez más dudas razonables de que los confinamientos extremos solucionen el problema, pues pueden generar otros también muy graves, no sólo de índole económico, sino humano de tremendas consecuencias para la salud y que los dirigentes políticos en España no están evaluando.
Voy a tomar un café a una cafetería y me de dicen que me tengo que sentar en una mesa, porque esta prohibido en la barra, a pesar de que ya se guardaban las distancias, debe ser, que el virus se mueve por las alturas.
Se establece un “toque de queda”, dudo que aporte nada, pero si mete miedo y genera ansiedad además de quitarnos libertad.
Los políticos en España de todos los colores lo están haciendo muy mal, nos daremos cuenta en unos meses y están generando con la brillante colaboración de las televisiones un pánico evitable.
Sólo saben llevar desasosiego en vez de esperanza, entiendo perfectamente que tengan miedo a que se colapsen las UCIS, pues tomen medidas precautorias y analicen políticos y profesionales el porqué los datos de España son los peores.
El pedir un estado de alarma de seis meses es intolerable desde el punto de vista democrático, y la oposición debiera racionar este tipo de decisiones de forma tasada, pero la oposición tampoco muestra coherencia y seriedad.
Ya están los medios internacionales hablando de España, todo, por culpa no de los ciudadanos sino de unos políticos mal asesorados y sin criterio, deberán dar cuentas cuando pase todo.
Protéjanse, tomen medidas, cuídense, pero utilicen también la inteligencia para analizar tanta decisión absurda, por lo tanto lo que no entiendan lo pueden poner en cuestión, faltaría más.