En un país serio los políticos, en concreto, varios Ministros, líder de la oposición, altos cargos de Madrid y otras autoridades políticas estarían a estas horas dimitiendo de sus cargos por haber asistido ayer a una cena entrega de premios de unas ochenta personas, conmemorativa de un Diario digital.
Me supongo, que todo se desarrolló, dentro del cumplimiento de las normas actuales, sin embargo, ello no es suficiente en el momento actual en el que se cierran barras de bar, se atemoriza a la población, con consignas tales de que no se reúnan más de seis personas, se habla de confinamientos, toques de queda y una “lluvia” de normas desproporcionadas y ampulosas.
Mucho cuajo, el de estos representantes de lo público que demuestran su falta de respeto a los ciudadanos, a lo que debieran de servir y de los que cobran buenos salarios a través de sus impuestos.
Se han fotografiado todos ellos, siento decirlo, demostrando que son efectivamente “casta”, una “casta” que les permite hacer los que les da en gana y que en vez de comportarse como servidores demócratas, se comportan como dirigentes prepotentes.
Que pocas esperanzas podemos tener en estas personas, con este ejemplo impresentable cuando hay tanta gente sufriendo, cuando se nos quitan libertades, cuando se nos miente un día si y otro también.
Pidan perdón y dimitan, el pueblo quedaría confortado y seguro que no notábamos su falta en la gestión.
Necesitamos un clase política humilde, servidora, ejemplar y prudente en los altos niveles, no me refiero sin embargo, a otros políticos que los hay, servidores vocacionales que se entregan cada día a dar lo mejor de si, para ellos mi respeto y consideración.