La situación del sector hostelero de Cantabria es muy grave merced a las drásticas decisiones del cierre del interior de los locales, lo que hace prácticamente imposible la viabilidad del propio negocio.
En estos días de duro invierno da pena, y rabia ver como bares y cafetería están cerradas a pesar de que los datos de la pandemia en Cantabria, no son peores ni mucho menos que otras Comunidades.
Como ciudadano no entiendo casi nada de lo que hacen las autoridades al respecto.
Se hunden economías se arrasa al sector hostelero y se toman medidas extremas más que discutibles.
Nuestro dirigentes actúan como pequeños “emperadores” sin valorar en profundidad el daño que están haciendo con sus medidas extremas.
Como creo en la buena voluntad de las personas, pienso que está actuación es fruto del miedo, de la ignorancia o de consejos desafortunados, porque lo contrario sería para pedir serias responsabilidades ante los Tribunales.
Muchos negocios hosteleros no volverán a su actividad cotidiana, cerraran para siempre y los políticos seguirán cobrando sus buenos salarios y dirán que lo hacen por salvar vidas, como si no nos diéramos cuenta que precisamente los países con más confinamientos y medidas extremas no han tenido más número de fallecidos que los que han tomado medidas más selectivas o livianas.