FRUTO DE LA MALA EDUCACIÓN

Los actos vandálicos ocurridos en diferentes capitales españolas en las últimas noches en las que supuestamente se solicitaba la libertad de “un rapero” que ha violado reiteradamente la ley es una muestra clara de un fracaso colectivo en la educación, en los valores y el sentido de la responsabilidad de las nuevas generaciones de jóvenes. Es algo que no es de ahora, un sistema educativo permisivo en el que los méritos y el respeto no son la base del sistema, la desestructuración familiar y unos hábitos y costumbres sociales permisivos hasta límites extremos, provoca que una parte de la juventud aunque sea de forma minoritaria se permita destruir comercios, escaparates y mobiliario urbano, creando miedo y caos.

A todo ello hay que unir aquellos que en vez de condenar estos actos vandálicos, los apoyan o los justifican desde su coche oficial y sus prebendas.

En ese sentido la irresponsabilidad que expresa maldad y otras muchas cosas más negativas por parte del vicepresidente Iglesias, debiera tener como consecuencia su salida inmediata del gobierno.

No se puede estar viviendo de los impuestos de los ciudadanos y no condenar o casi aplaudir directa o indirectamente que se destruyan sus propiedades.

El comunismo, no ha sembrado nunca el bien, sino el mal, la división, la envidia el rencor, la historia que por cierto desconocen un gran parte de esos jóvenes que se manifiestan nos lo recuerda.