DINAMARCA, UN EJEMPLO

Dinamarca, tacha de su lista la vacuna de Johnson Johnson, la misma vacuna que la señora Darías anunciaba hace muy pocos días a bombo y platillo.

Lo que esta ocurriendo con las vacunas, es una vergüenza que se acerca al fraude si no lo es ya.

El Gobierno de Dinamarca, dice algo obvio que vienen diciendo científicos independientes con este proceso de vacunación sólo que en este caso lo dice con este producto: “no compensa el riesgo de posibles daños en forma de casos severos de trombosis”.

Que pasa en España y en otros países, que parece “tragan” todo y en vez de ser muy estrictos con los efectos secundarios, parece que todo lo justifican.

Si partimos de la base que la máxima responsable de la Agencia Europea del Medicamento, ha sido la responsable en Europa de lo que se conoce como patronal de laboratorios, uno se puede preguntar muchas cosas.

Las vacunas ha sido y serán un elemento fundamental en la salud de las personas, pero debe de ser vacunas perfectamente probadas, homologadas con tiempo y no imposiciones sobre productos que los propios fabricantes no se quieren hacer responsables.

Me da la impresión que el miedo empieza a ser importante en muchos que han mirado hacia otro lado, en vez de ser exigentes y claros en sus opiniones.

Las palabras de la Ministra de Defensa, Margarita Robles, indicando que la muerte del militar del acuartelamiento de Pamplona fue como consecuencia a una reacción a la vacuna de Astrazeneca; para decir seguidamente que hay que seguir vacunándose, es una muestra de falta de vergüenza, respeto y un insulto al sentido común. Toda una huida a ninguna parte.