El contrasentido estúpido del Presidente Biden, cada vez es más dictatorial.
En su cruzada con los Estados que están en contra del aborto a partir de la semana seis, trata por todos los medios de llevar los Tribunales la decisión libre de estas administraciones, de al menos, proteger la vida de los no nacidos a partir de la sexta semana de embarazo, aduciendo el derecho de las mujeres sobre su cuerpo.
Al mismo tiempo y de manera dictatorial, quiere imponer la obligación de vacunarse contra el COVID-19 a diferentes colectivos de funcionarios y en otros estamentos.
Es decir, en este caso, el derecho sobre el propio cuerpo no existe, lo que es realmente una manipulación total de sus intenciones y de su falta de respeto a los derechos humanos más básicos.
Biden, será juzgado por la historia como el peor presidente, no sólo por sus decisiones totalitarias, sino por sus decisiones contrarias a la fe que dice profesar, lo que es una incoherencia más.
El relativismo moral, de este personaje, una “marioneta” del globalismo, apenas se comenta en Europa, por haber recibido el total apoyo en las ultimas elecciones, pero a pesar de ello, cada vez será más claro el rechazo que está recibiendo, de un mayor número de ciudadanos norteamericanos.