Las leyes ideológicas, las leyes de género, la agenda verde, no son realmente avances en una sociedad moderna, porque no lo pretenden, sólo pretenden la división y el sometimiento de la sociedad.
La conservación del medio ambiente, la leyes de carácter ecológico, son necesarias y por supuesto positivas, pero deben de implementarse de manera racional y que sean asumidas sin crear daños colaterales inasumibles y por supuesto, deben de basarse en estudios ciertos y no en modas u potros intereses.
Las agendas globalístas, son realmente un ensayo para un control social con tintes totalitarios y sumamente peligroso.
El control de la llamada inteligencia artificial, para un uso que no coarte la libertad y la independencia del individuo, debe de ser algo prioritario.
Las leyes deben de ser para mejorar la vida de las personas y preservar sus derechos y libertades, en modo alguno, pueden ser un “corsé” que amenace seriamente nuestra forma de pensar y ser.
La lucha contra lo llamado “políticamente correcto”, es realmente una lucha por la libertad y los derechos de las personas, que está seriamente amenazado.
Es muy difícil para los ciudadanos controlar las acciones de los diferentes gobiernos, que utilizan siempre pretextos para limitar libertades, hasta ahora no discutidas en el llamado mundo libre.
Cada vez se hacen políticas menos reales y más aparentes, basadas en intereses ocultos y preocupantes, que sólo producen empobrecimiento e indefensión ante el poder de los estados.