Ni el tiempo, ni el espacio, es obstáculo al señor Sánchez, para que la realidad, es decir la verdad, sea suprimida cuando a él no le gusta.
No gusta, los datos del Instituto Nacional de Estadística, se filtra un cambio de presidente para sustituirlo, por uno más afín a sus ideas y así se produce la dimisión del existente.
No gusta la Fiscalía, se nombre a una ex Ministro, con una trayectoria totalmente entregada al PSOE.
No gusta los componentes del Tribunal Constitucional y se retuerce la ley intentando cambiarlos sin consenso, como hasta ahora ocurría.
No gustan los gestores de INDRA, porque no son de su “cuerda” y se entra “como elefante en cacharrería”, provocando una perdida de valor en acción de más de doscientos millones de euros y que puede dar lugar a litigios.
No gusta la dirección del llamado en algún tiempo diario independiente de la mañana y se busca a personas y grupos afines, para que controlen su gestión, mientras, previamente se impidió la entrada de otros accionistas, por supuestamente, no ser afines políticamente.
No gusta lo que dice el presidente del Banco de España, y como no se le puede cambiar hasta que pase su mandato, se le trata a través de diferentes terminales desacreditar.
No gusta el presidente de la CMNV, y se le acorta el plazo de su mandato.
Todo es un despropósito y la implantación de una realidad que no existe, sustituyendo la verdad por una realidad virtual, que beneficie intereses propios, sin preocuparse, de cómo se divide a los ciudadanos y como se les miente de forma continua.
La oposición, debería pensar es dar una respuesta más seria y por supuesto democrática, antes de que este país, no sólo quede dividido de manera muy peligrosa y en una situación económica muy penosa.
España, necesita regenerar a fondo, la vida política e institucional y suturar heridas creadas artificialmente para dividir y crispar, de lo contrario, nuestro futuro será muy oscuro.