Hay que resetear el sistema democrático actual en occidente y de manera especial en España.
El sistema democrático ha sido pervertido, por el alejamiento de la clase política de los verdaderos anhelos de los ciudadanos.
Los partidos políticos, se han convertido en un fin en si mismo, en una especie de “lobby” en vez de ser meros instrumentos de representación.
Por otro lado, se priman intereses de grupos e ideas desconocidas para la ciudadanía, pues no representan a nadie, sino son meros lacayos, que sin control democrático alguno imponen leyes e ideas sin rubor.
Por un lado tenemos el Foro de Davos, cuyas ideas y proyectos nadie ha contrastado en la urnas a través de procedimientos democráticos y sus miembros sólo se representan a si mismo y a sus grandes intereses, que nada tienen que ver con los de la población.
Otro organismo que es privado, pues más del cincuenta por ciento de sus presupuesto proviene de fundaciones y también de empresas ligadas al sector farmacéutico, es la OMS, por lo que los países miembros, son meros convidados de piedra, sujetos a los caprichos de unos pocos. La influencia de la nefasta gestión de la OMS en la pandemia es un muestra de su incapacidad para gestionar nada sino su único interés de servir al control poblacional, sin base científica alguna.
Así podíamos seguir y demostrar que la democracia esta en serio peligro, por una implantación de entes supranacionales, alejados de los ciudadanos, que quieren hurtar la independencia de los países y el derecho de la ciudadanía de elegir su futuro.
Los incidentes de estos día en Francia, más allá del asunto de las pensiones, es un levantamiento de la opinión pública (según las encuestas un setenta por ciento”, contra las políticas casi dictatoriales del globalista Macrón, que empezaron con las absurdas medidas tomadas durante la pandemia y continua con un intento permanente de evitar la opinión de la población francesa.