Los sindicatos o mejor dicho, la elites sindicales, se han manifestado el 1 de Mayo, cada vez menos personas, cada vez menos cosas que decir, cuando precisamente más se necesitan sindicatos libres, valientes y responsables.
Una gran mayoría de los representantes sindicales, son personas que quieren el bien para sus representados; sin embargo, cuando se llega a las cúpulas, casi todo se queda en manos de intereses políticos, convirtiendo unas instituciones necesarias y que antes han prestado buenos servicios a la sociedad, en un instrumento inservible.
Cuando en Europa, el sector del automóvil, esta seriamente amenazado, por leyes absurdas, sobre la utilización de carburantes, lo que dejará en la calle a miles de trabajadores, es incomprensible, que la mayoría de los sindicatos, estén callados y no se manifiesten continuamente ante la Comisión Europea, es increíble que no defiendan con claridad los puestos de trabajo en la automoción.
Es increíble, que con una inflación que nos impide llegar a fin de mes, se disculpe al Gobierno de toda responsabilidad y las cúpulas sindicales de UGT y CCOO, se conviertan en agentes electorales del Gobierno.
Es decir, no me extraña que la sociedad, les de la espalda, cuando realmente les necesita.
No se trata de las bases sindicales, repito, se trata del poder y dirección de las propias centrales sindicales mayoritarias, que han perdido la brújula, y han sucumbido ante tanto dinero procedente de la Administración, lo que les hace depender hasta el extremo, de hacer peligrar su desaparición.
Se necesita resetear el sindicalismo en su forma y manera de funcionar y renovarse de verdad acorde a lo que la sociedad necesita, porque parecen haberse quedado en principios del siglo XX y así de no variar su estrategia y recobrar credibilidad seguirán languideciendo, aunque algunos dirigentes tengan su salario asegurado.